Familia, juventud y transgresión

AutorEmilio Daniel Cunjama López - Alan García Huitron
Cargo del AutorInstituto Nacional de Ciencias Penales
Páginas75-129
75
III. FAMILIA, JUVENTUD Y TRANSGRESIÓN
“Toda tentativa de reducir al ser humano a una
definición y de disolverlo en estructuras formales,
cualesquiera que sean, es incompatible con la
visión transdisciplinaria”
Carta de la Transdisciplinariedad
Noviembre de 1994
NO CABE DUDA que el ser humano es uno de los seres más complejos
de explicar. A la vez de ser un animal social, lo es también político, un
ente biopsicosocial, lleno de símbolos y de una fuerte carga cultural.
Compuesto por racionalidades, aunque también por motivos y deseos
inconscientes; espiritual y científico, un ser que progresa hacia el fu-
turo, que vive fugazmente su presente y que, al unísono, anhela con
nostalgia el pasado. Sin duda, un sujeto ambivalente e impredecible.
Sus relaciones discurren en prácticas sociales de diversos ámbitos,
como por ejemplo: la familia, el barrio, la escuela, el trabajo, la pare-
ja y, en otras de reciente data como los medios de comunicación y las
redes sociales.
En general, sus primeros años (infancia) convergen alrededor de la
familia como grupo social de primera socialización y, como segunda
etapa, en la escuela; después en la juventud temprana aparecerán el
barrio, los amigos y seguirá la escuela como entes socializadores rele-
vantes. En la plena juventud, por su parte, se sumará el trabajo y, pos-
teriormente, en pareja, creará una nueva familia (la llamada secunda-
ria). A pesar de ser una red compleja e intermitente de organizaciones
e instituciones sociales, la familia es de especial relevancia no solo
por ser el primer contacto para interiorizar el mundo exterior, tam-
bién porque se trata de un agente que trasciende su propia aparición,
es decir, queda siempre a la luz o a la sombra del desarrollo de los
agentes sociales. Como reza el dicho: la familia siempre estará ahí.
76 ¿HASTA DÓNDE LA FAMILIA ES RESPONSABLE DE LA DELINCUENCIA?
Ahora bien, siendo la juventud una de las etapas del desarrollo hu-
mano con mayores cambios a nivel social, constituye también un
periodo importante de consolidación de la personalidad e identidad
de las personas, por ello, resulta de gran valía observar la dinámica
que tiene esta etapa con los diferentes agentes de socialización e
ideo-socialización1 como lo son: la familia, la escuela, el barrio, el
trabajo, los medios de comunicación, el Estado y las redes sociales,
por mencionar algunas. Sin que ello implique un determinismo (el
viejo apotegma freudiano de infancia es igual a destino), es impor-
tante reconocer que gran parte de lo que suceda de manera positiva
o negativa en tales fases de la vida, permanecerá tras complejas cone-
xiones e interacciones a lo largo del desarrollo de la persona. La fa-
milia, como primer espacio socializador, interiorizará a las personas
las pautas sociales, culturales, económicas etc., que tendrán relación
con las dinámicas que al interior se desarrollen en razón de los ele-
mentos anteriores, de tal manera que de ello dependerán las prácti-
cas sociales de los agentes, que en una relación dialéctica entre es-
tructuras sociales y elementos individuales de la vida se construirá su
habitus, “que como indica la palabra, es lo que se ha adquirido, pero
que se ha encarnado de forma duradera en el cuerpo en forma de
disposiciones permanentes. La noción recuerda así constantemente
que se refiere a algo histórico, que está vinculado a la historia indivi-
dual…es el producto de toda la experiencia biográfica, lo que provo-
ca que como no hay dos historias individuales idénticas, no hay dos
habitus idénticos…”.2
Bajo esta noción, podemos advertir la importancia de todos los ám-
bitos de socialización, dentro de ellos uno de los más importantes es
la familia ya que, como se ha mencionado reiteradamente, es el espa-
cio de la primera socialización en donde se trasmitirán los capitales
que posicionarán a la persona en el espacio social. De esta manera, la
relación entre ámbitos de socialización e ideo-socialización con los
agentes sociales establecerán las prácticas sociales. La criminalidad,
entonces, presupone determinadas relaciones sociales en ámbitos de
socialización para poder comprender la forma en la que las personas
se vincularon a ella.
1 Kamiski, Gregorio, Socialización, México, Trillas, 2007.
2 Bourdieu, Pierre, Cuestiones de sociología, Akal, España 2013, pp. 75 y 133.
FAMILIA, JUVENTUD Y TRANSGRESIÓN 77
El espacio en el cual se desenvuelven las personas en la actualidad
ha sido caracterizado como sociedades del riesgo, es así que la rela-
ción que mantienen con los ámbitos de socialización se sitúa en esa
condición. Como explicará Ulrich Beck —después de algunas críti-
cas—3 si bien la amenaza y la inseguridad son condiciones de la exis-
tencia humana desde siempre, estas ahora cobran mayor sentido que
antes, en particular, debido a dos factores: por un lado, el avance del
conocimiento, de los derechos y de la ciencia, que han repercutido
en que las actuales sociedades sean más conscientes de los mismos;
por otra, los escenarios, al menos desde la catástrofe de Chernóbil en
1986, que pusieron sobre la mesa un hecho bastante claro: las condi-
ciones de cálculo, control, previsión y procesamiento institucional,
inquebrantables en las primeras sociedades industriales, han fallado.4
Las juventudes no han escapado a ello, por el contrario, se encuen-
tran inmersas en él, a guisa de ejemplo: la farmacodependencia,5 los
problemas de salud pública (accidentes, enfermedades de transmi-
sión sexual, trastornos depresivos, mortalidad materna, entre otros),6
los homicidios y suicidios.7 Actualmente, sin embargo, las y los jóve-
nes están expuestos a otro tipo de riesgos, igual de importantes que los
anteriores y en gran conexión con ellos, nos referimos a ciertos
contextos desfavorables en la familia, la violencia urbana, el ausen-
tismo escolar, la falta de oportunidades educativas y laborales, la des-
igualdad social, la exclusión social, empleos precarios, pobreza, en-
tre otros escenarios que sitúan al joven en pleno riesgo.
3 Tras la aparición de La sociedad del riesgo en el año de 1986, teóricos de la ta-
lla de Luhman, Douglas y Alexander respondieron a Beck, considerándolo incluso
un sociólogo de la emergencia. Le recriminaban, en términos generales, un uso
ambiguo y poco riguroso de la codificación de la percepción de los riesgos en las
sociedades contemporáneas, Vid., M. Montenegro, Silvia, “La sociología de la so-
ciedad del riesgo: Ulrich Beck y sus críticos”, Revista Pampa, 01, Argentina, 2005,
pp. 117-130.
4 Beck, Ulrich, La sociedad del riesgo mundial. En busca de la seguridad perdida,
Paidós, Barcelona, 2008, pp.20-23.
5 UNODC, Abuso de drogas en adolescentes y jóvenes y vulnerabilidad familiar,
UNODC, Perú, 2013.
6 OMS, Salud para los adolescentes del mundo. Una segunda oportunidad en la se-
gunda década, OMS, Ginebra, 2014.
7 Banco Mundial, La violencia juvenil en México. Reporte de la situación, el mar-
co legal y los programas gubernamentales, BM, México, 2012.

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