Una fábrica de vida

AutorDaniel de la Fuente

Muchos antes de que los médicos puedan brindar un diagnóstico. Incluso antes de que los padecimientos tomen derroteros distintos a los que se conocen, hay un área en la Universidad Autónoma de Nuevo León en la que no sólo se pueden comprender los orígenes de las enfermedades, sino incluso anticipar rutas para evitarlas.

En el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias de la Salud, situado a un costado del Hospital Universitario, se yergue una mole donde, en uno de sus pisos, hay una serie de áreas asépticas y ordenadas con aparatos que tienen la apariencia de copiadoras, pero que además de su elevado costo encierran los mecanismos para darle lectura al secreto de la vida: los genes.

Es la Unidad de Biología Molecular y Genómica de este Centro, coordinada por Rocío Ortiz López. Profesora del Departamento de Bioquímica y Medicina Molecular de la Facultad de Medicina de la UANL, esta mujer y su equipo tienen bajo su cargo una tarea por demás loable: ir más allá.

"Aquí se investigan aspectos que impactarán en la salud en unos años, lo malo es que son poquitos lugares, apenas tres en México, incluidos nosotros, en tanto en Latinoamérica si acaso Brasil tiene avances".

El retraso tiene que ver con los altos costos de los equipos. Pero también con lo que alguna vez le dijo a Rocío un profesor cuando ella le reveló a lo que se dedicaría en la UANL: casi como a ciencia ficción.

"Es que entonces sonaba raro lo de los estudios genómicos, casi como de la película Gattaca", alude esta mujer alta, de cabello negro y mirada serena sobre esta película en donde los hijos son elegidos mediante mecanismos de control genético para asegurar que nazcan con los mejores rasgos hereditarios de sus padres.

"Lo que aquí vemos no son sueños, sino una realidad".

Las líneas de investigación de Rocío son epidemiología molecular y genómica de las enfermedades, el diagnóstico oportuno del cáncer y las aplicaciones de la genómica en biotecnología, bastiones de conocimiento sin los que sería imposible un diagnóstico para ir más allá de los padecimientos.

Rocío, sin embargo, no se visualizaba en medio de las investigaciones más avanzadas del mundo de la salud. Nacida el 21 de marzo de 1963, la única mujer de dos hijos nacidos de un agricultor y una ama de casa en el pueblo de Tinajitas, Veracruz, lo único que quería era bailar.

"Vengo de un pueblo al que prácticamente mi abuelo fundó: él fue el alcalde, el que coordinaba el cementerio, el patronato de la escuela, el de...

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