Exploran vestigios ...¡administrativos!

AutorYanireth Israde

En el INAH, los jefes de departamento excavan ofrendas arqueológicas.

En realidad son arqueólogos, pero sus contratos indican una actividad distinta a la que desempeñan, constató REFORMA entre trabajadores del Instituto.

"Cuando dicen que harán recorte de administrativos sufrimos, porque en lugar de estar contratados como arqueólogos, técnicos especializados o restauradores, tenemos un contrato no compatible con nuestras actividades", afirma la arqueóloga Adriana Sanromán, miembro del Proyecto Templo Mayor (PTM), que fundó hace 40 años Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH.

El PTM, uno de los más fecundos en investigación científica, reconocido en 2015 por el Fórum Arqueológico de Shanghai como uno de los diez mejores del mundo, integra 17 trabajadores eventuales y 7 por Capítulo 3000, es decir Servicios Profesionales Independientes, aunque registran horario de entrada y salida y desempeñan labores sustantivas para el Instituto.

"¿En dónde está que son prestadores externos de servicio, si los tienen checando y les descuentan si llegan tarde?", cuestiona Sanromán. Es, también, un esquema de contratación que obliga a los trabajadores a presentar facturas.

Además, desde enero, el personal contratado por Capítulo 3000 no cobra sueldo. Es el caso de Tomás Cruz, técnico especialista que participó en la excavación del monolito de la Coyolxauhqui, en 1978, y quien enseña los rudimentos de la disciplina a los jóvenes arqueólogos que acuden a las exploraciones en el PTM.

Tampoco le han pagado a Roberto Ruiz, cuyo contrato dice "maestro albañil", cuando en realidad es técnico especialista en tareas arqueológicas, por ejemplo en armar andamios o cribar, labores que aprendió de su padre, trabajador del Museo del Templo Mayor (MTM), señala en entrevista.

El único arqueólogo de base, contratado como tal, es el director del PTM, Leonardo López Luján.

Situación semejante presenta otro proyecto importante, el Programa de Arqueología Urbano (PAU), dedicado al Recinto Sagrado de Tenochtitlan: de 7 trabajadores, sólo su director, el arqueólogo Raúl Barrera, está basificado.

Tanto López Luján como Matos han protestado públicamente por la precariedad laboral en los equipos.

"Eso ocurre, en general, en los proyectos del INAH: nos llamamos enlaces o jefes de departamento, y no lo somos; si nos 'cortan', no hay arqueología urbana", previene Sanromán...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR