Las y los excéntricos / Carmen Miranda

AutorGuadalupe Loaeza

No podía tener un rostro más pícaro y una manera de vestir más particular... Llevaba en la cabeza un turbante lleno de flores y frutas, de joyas y cuentas de vidrio, que se movían al ritmo de la samba, el pasodoble y el swing. El amor de Estados Unidos por esta mujer fue casi instantáneo, de la noche a la mañana los escaparates de todo el país se llenaron de la moda "Carmen Miranda". Esta artista de cine, cantante y bailarina portuguesa, pero que se sentía profundamente brasileña, evidenció que los estadounidenses de su tiempo tenían gran curiosidad por lo exótico. Por supuesto, Carmen era la encarnación misma de la excentricidad. No hay que olvidar que en ese entonces, es decir, a mediados de los años 40, EU practicaba la política del "buen vecino". En esa época, más que poderío militar, aquel país intentaba llevarse bien con los países de América Latina.

Carmen nació en 1909, en Portugal, pero, cuando era muy niña, toda la familia se embarcó para Brasil buscando mejores oportunidades. Allí, Carmen comenzó a estudiar. Con esa boca, esos ojos y, sobre todo, con ese carácter, no me la imagino en el colegio de monjas. El hecho es que era muy joven cuando abandonó el colegio y se dedicó a trabajar para ayudar a su familia, primero en una tienda de corbatas y luego en una de sombreros. Pero era tanto el talento que tenía, que no podía caber ni en una tienda de corbatas, ni mucho menos en una de sombreros. El talento que tenía Carmen no cabía ni siquiera en su ciudad, de ahí que se convirtiera en una estrella internacional. Según escribe el periodista Carlos Galilea (El País, 7/8/05), en Argentina se volvió una celebridad y, todas las noches, a su camerino iba la joven Eva Duarte a colmarla de elogios.

"El poderoso empresario estadounidense Lee Shubert la contrata y el 4 de mayo de 1939 embarca con los músicos de Bando da Lua en el transatlántico Uruguay. Una absoluta desconocida, que ni siquiera habla inglés, debuta en Broadway con Streets of Paris, obra que permanecerá un año en cartel. Canta South -ella pronunciaba Saus- American Way entre aplausos atronadores. Al teatro de la calle 44 acudieron a verla Tyrone Power, Paulette Goddard, Judy Garland, Robert Taylor, Lana Turner o la mismísima Greta Garbo. Como bien señaló un escritor, ni el mismísimo David O. Selznick disponía de presupuesto suficiente para contratarlos a todos en una de sus películas. Su foto aparece en Life, Vogue o Esquire. El escaparate de Saks, en la Quinta Avenida, se...

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