Everardo Elizondo/ 'El salario y la lógica; el sonido y la furia'

AutorEverardo Elizondo

Para empezar, es obvio que los servicios del trabajo se compran y se venden en el mercado todos los días. Y es obvio también que su precio y su cantidad se determinan por las fuerzas de la oferta y la demanda -de manera similar en principio, aunque no en forma-, a la de cualquier otro bien (o factor de la producción).

El salario es el precio de los servicios del trabajo. Y es lógico suponer que, en general, la cantidad ofrecida de dichos servicios aumente conforme crece su precio; es lógico, asimismo, suponer que la cantidad demandada de los mismos disminuye cuando sube el precio en cuestión.

Si analizamos el caso de una empresa o de una industria utilizando las nociones elementales previas, podemos llegar a varias conclusiones de relevancia para la polémica actual.

¿Por qué aumentan los salarios?

Básicamente, lo salarios aumentan porque aumenta la demanda de los servicios del trabajo. (Desde luego, también puede aumentar porque se reduce la oferta correspondiente, pero este caso es menos probable en la realidad, o cuando menos en la realidad mexicana).

A su vez, por lo común, el crecimiento de la demanda obedece a la influencia de tres factores, que conviene tratar por separado.

  1. -La demanda de trabajo es una demanda derivada; es decir, depende de la demanda del producto final por parte de los consumidores. Si esta última aumenta, crece el salario; si disminuye, desciende. Al tomar en cuenta este elemento, se pone de manifiesto de inmediato la improcedencia de pensar en "un" aumento salarial uniforme y general para todos los trabajadores en todos los segmentos de la economía. Si aumenta la demanda de tequila y disminuye la de sombreros, ¿qué sentido tiene sugerir (decretar, determinar, considerar, exigir, proponer, etcétera.), dizque en aras de la equidad, que los trabajadores de las dos industrias obtengan el mismo aumento de salario?

  2. -La demanda de trabajo aumenta si se incrementa la capacidad productiva del trabajador -como consecuencia de una mejoría en su salud, su educación, su experiencia o su capacitación-. La competencia entre los empleadores potenciales basta para que este factor se traduzca en una mejoría del salario: ninguna autoridad necesita ocuparse de "garantizar" que así suceda: primero, porque no tiene la información indispensable para el caso; segundo, porque el interés de las partes es una fuerza más poderosa que cualquier preocupación "social", que cualquier inquietud "altruista" y que cualquier propósito...

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