Eutanasia: Buscan desahuciados muerte digna

AutorInder Bugarin

Bélgica

BRUSELAS.- Nadie elige la hora de su nacimiento, pero muchos, especialmente aquellos que padecen enfermedades degenerativas causantes de dolores indescriptibles, quisieran decidir la forma y la hora de poner fin a su existencia, a fin de tener un ocaso digno y en completa privacidad.

Esto ilusionó a la británica Diane Pretty, quien aquejada de una esclerosis degenerativa que la tenía paralizada desde el cuello a los pies, a los 43 años recurrió durante nueve meses a las Cortes británicas y al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo para obtener luz verde al suicidio asistido.

Pese a que su familia cercana, su marido Brian y sus dos hijos favorecían su causa, los jueces europeos terminaron por cerrarle la puerta a la eutanasia. Dos semanas después de que la justicia agotara todo procedimiento, falleció en un sanatorio inglés el 11 de mayo asfixiada por esclerosis lateral amiotrófica.

El caso Pretty, recuerda también al de la australiana Nancy Crick, quien a sus 69 años y tras haber sufrido tres años a causa de un cáncer de intestino, recurrió a una sobredosis para terminar ella misma con su vida el 24 de mayo, levantando con ello una profunda crisis institucional en su país, la cual se tradujo en una investigación penal contra su familia y médico de cabecera bajo la sospecha de contribuir a su muerte.

"Es por ello que la eutanasia debería de ser un derecho humano fundamental que todo estado democrático debería garantizar para aliviar el sufrimiento de las personas que padecen una enfermedad irreversible o incurable" comenta el director de la Asociación Holandesa para la Eutanasia Voluntaria (NVVE), Rob Jonquiere..

La eutanasia y el derecho al suicidio asistido han dejado de ser temas "tabú" para convertirse en controversias nacionales.

Existe una intensa corriente que se opone rotundamente a la fórmula del acortamiento voluntario de la vida y no está dispuesta a ceder, por cuestiones morales o religiosas.

La postura de la Iglesia católica, fijada hace 30 años en la encíclica del Papa Juan Pablo II "Evangelium vitae", y que permanece intacta, dice que el aborto y la eutanasia son "un atentado contra la vida humana" y tienen la misma catadura moral que los genocidios, las mutilaciones, la esclavitud, la prostitución y la trata de blancas.

Algunos médicos opinan que viola los principios éticos de la profesión y mina su compromiso por "luchar por la vida del paciente".

La Comisión de derechos Humanos de Naciones Unidas teme además...

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