En EU les temen; en México ni se difunden

AutorLeticia Salazar

Mientras que en Estados Unidos se libra una batalla entre las autoridades y la industria alimentaria por regular la elaboración y el consumo de productos con alto contenido de grasas, en México no es un tema de peso.

Estados Unidos y otras naciones europeas, como Inglaterra e Irlanda, evalúan la aplicación de impuestos específicos a los alimentos grasosos o regulaciones más severas al producirlos o consumirlos.

Pero en México ése no es un debate, pese a que el 50 por ciento de la población en México es obesa o tiene sobrepeso, muy cerca del 60 por ciento de Estados Unidos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

Además, en el País el consumo de grasas y aceites por persona ascendió en el 2002 a 23.2 kilos, 1.4 kilos más respecto al consumo registrado en el 2002.

De acuerdo con el reporte Oil World Annual, elaborado por la agencia alemana de analistas ISTA Mielke GmbH, el consumo de grasas y aceites por mexicano es superior en 3.68 kilos respecto al promedio mundial.

Incluso, las principales causas de muerte en México, como los infartos, las enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, diabetes e hipertensión arterial, están relacionadas con la obesidad y en cierta medida con productos grasosos.

En algunos países estos temas ya son una cuestión de salud pública, más que una responsabilidad personal.

En Irlanda y Gran Bretaña, por ejemplo, ya contemplan aplicar un impuesto al valor agregado a los alimentos grasosos.

Pero eso no es todo, se pronostica incluso que comer papas fritas o hot dogs en lugares públicos será prohibido, esto con el fin de no estimular su consumo.

En Estados Unidos, la lucha contra las grasas se ha intensificado, sobre todo después de darse a conocer resultados de investigaciones sobre el daño que pueden causar unas llamadas trans o transaturadas, que surgen al hidrogenarse un aceite vegetal.

Son consideradas igual o más dañinas que las saturadas, ya que tienen un doble efecto negativo en la salud, comenta Publio Ayala, miembro del Colegio de Médicos Cirujanos y Profesionales en Nutrición y Obesidad.

"Dentro de la sangre tenemos lo que conocemos como colesterol bueno (que elimina colesterol de las arterias) y el malo (deposita colesterol en las arterias). Lo que hacen las grasas trans es elevar el colesterol malo y disminuir el bueno, provocando más problemas cardiovasculares".

Las grasas trans se encuentran comúnmente en alimentos como: margarinas, carnes de res, de puerco y de cordero, algunas...

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