Escribirá HBO más 'Epitafios'
| Autor | Omar Cabrera y Renata González |
En la historia de Epitafios, la primera serie producida por el canal estadounidense HBO para el mercado de TV por cable latinoamericano, Julio Chávez es un policía perseguido por sus errores en el pasado y Antonio Birabent un asesino en serie que busca venganza.
Pero en su natal Argentina, Chávez es un destacado actor con más de 30 años de carrera, mientras que Birabent hace música. Acaba de lanzar Buenos Aires, su octavo álbum.
Ambos comentan en entrevista exclusiva desde Buenos Aires que están emocionados porque debido al éxito de Epitafios, que concluye el 30 de octubre, ya se prepara la segunda temporada.
"Epitafios" terminará el sábado, pero su protagonista, Julio Chávez, volverá a vestirse con la piel del detective Renzo Márquez, que carga en su conciencia con la muerte de cuatro chicos, el amor no correspondido de una mujer y una difícil misión policiaca.
"Estoy a punto de firmar el precontrato para la segunda temporada de la serie, requisito sin el cual los escritores no pueden sentarse a escribir el resto de la historia. Personalmente, creo que en esta primera etapa quedó completa la trama, pero será bueno ver más, como postre".
Chávez desconoce qué sorpresas depara para el espectador el equipo que realizará los nuevos episodios de Epitafios, pero expresó que haber interpretado a un detective en decadencia fue un reto personal muy grande que al final lo dejó satisfecho.
"Sabía que era una historia truculenta y muy dura. Encima, tenía el conocimiento de lo que esta serie pretendía como producto de HBO para América Latina, aspecto que para nosotros los actores es importante como expansión de nuestro trabajo", consideró.
Renzo vive con su padre Marcos, un policía de homicidios retirado. Durante su adolescencia se rebeló contra el mandato familiar y comenzó a relacionarse con marginales. Conoció las drogas, coqueteó con la delincuencia y fue separándose de su padre.
Al llegar a la edad madura, se reconcilió con la vida e ingresó a la Policía. Poco a poco fue convirtiéndose en la mano derecha del comisario, pero tras la muerte de cuatro estudiantes a los que trataba de rescatar, dejó la Policía.
Se convirtió en un ser cínico e incrédulo que sale con su taxi todas las noches en busca del dinero suficiente para vivir y para comprar ansiolíticos.
"Es un personaje que en la historia empieza tronado y que termina peor, así que fue difícil contarlo y prepararse para él, pero fue un proceso gustoso que no sólo me permitió tener más...
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