Escalera al cielo / Jóvenes y nuevos medios

AutorSergio González Rodríguez

La palabra "joven", me consta, tuvo su símil reiterado en el término "consumidor", que al paso del tiempo cobró mayor importancia en demérito de otro tipo de participaciones, por ejemplo, las de cariz político.

La revolución tecnológica en la vida cotidiana que inició desde la última década del siglo anterior, derivada de la revolución tecnológica en los asuntos militares en Estados Unidos, logró que el consumidor (sobre todo los jóvenes) se transformara en proveedor de productos comunicativos para el nuevo sistema emergente. Fue el paso del consumer tradicional al prosumer multimedia de hoy en día: ahí están los usuarios que difunden a través de Internet imágenes producidas por ellos mismos.

Un malentendido habitual ha fortalecido la idea de que basta que la persona se incluya en los procedimientos u operaciones de las redes sociales mediante opiniones individuales o acciones colectivas vía algún hashtag (etiqueta de metadatos) para que se considere cumplida una participación válida en la vida pública.

Se pasa por alto que, en tales casos, la operación digital termina por favorecer más al propio sistema que la soporta que al contenido que se desea manejar. Tal tendencia comunicativa termina por convertirse en ruido. ¿Cómo evitar tal circunstancia y dirigirla hacia una mejoría colectiva? Mediante la comprensión de los procesos que hay de por medio.

Michel Serres acaba de publicar un libro en México, Pulgarcita (FCE, 2013), que examina cómo las ciencias cognitivas muestran que el uso de la red, la lectura o la escritura de mensajes con los pulgares en los miniteclados, o la consulta de Wikipedia o Facebook están lejos de estimular las mismas neuronas o las mismas zonas corticales que el uso del libro, la tiza en la pizarrón o el cuaderno.

Los internautas, apunta Serres, pueden manipular varias informaciones al mismo tiempo, pero no conocen ni sintetizan como sus ascendientes: ya no tienen la misma cabeza. A su vez, y por las telecomunicaciones y el espacio virtual-reticular de la tecnología, ya no habitan el mismo espacio que aquellos. "Sin que nos diéramos cuenta, nació un nuevo ser humano, durante un intervalo breve, el que nos separa de los años 70", añade.

Según el VI Estudio de Consumo de Medios entre Internautas Mexicanos (IAB, 2014), el 96 por ciento de los internautas (que tienen 24 años de edad en promedio y suman 59.2 millones) se ocupa de tres actividades: enviar correos, entrar en redes sociales y chatear.

El 40 por...

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