Entrevista / Tomás López Miranda / Apuesta por la gente
| Autor | Pedro Mellado |
Fue impulsor en Jalisco de un nuevo discurso ciudadano sobre las ciudades sustentables y el rescate de los espacios públicos, para ponerlos al servicio de la gente.
Tiene muchas esperanzas en que las candidaturas de ciudadanos independientes de los partidos políticos contribuyan a fortalecer la democracia, pues estima que los políticos no han aprendido a escuchar con atención y respeto a la gente, pero que los ciudadanos sí han aprendido a organizarse mejor.
A su juicio, el principal propósito que impulsó la creación del Consejo Económico y Social del Estado de Jalisco para el Desarrollo y la Competitividad (Cesjal) no se ha cumplido, pues los asuntos importantes para la entidad se observan a la luz de la política y no con base en criterios profesionales y técnicos.
Considera que las nuevas tecnologías en la industria electrónica y las agroindustrias son actualmente la fortaleza de Jalisco, pero que se deben revitalizar cadenas productivas como calzado-cuero, vestido y joyería, para orientarlas por el camino de la calidad, la innovación y el diseño.
Tomás López Miranda nació en Guadalajara el 29 de marzo de 1950. Es administrador de empresas por la Universidad de Guadalajara, con maestría en Desarrollo Humano por el ITESO. Está casado con Ana Guadalupe Urzúa López y tiene tres hijos: Brenda, Mayra y Abraham.
Fue presidente de la Cámara Nacional de la Industria de las Artes Gráficas, capítulo Jalisco, de 1995 a 1997; coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco del 2002 al 2005; integrante de la dirigencia de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales desde 1997 hasta 2005, y presidente del Consejo Económico y Social de Jalisco en el periodo 2007-2009.
Un cuatro
¿Cómo inició su participación como dirigente en el sector empresarial?
Llevo 36 años en la industria de las artes gráficas (su empresa se llama Tegrafik). Yo no tenía pensado involucrarme en asuntos de dirigencia de cámaras, pero mis buenos amigos Alfonso Nuño, Luis Enrique Reynoso y Roberto Rubín me pusieron un cuatro. Un día estábamos en una sesión de la delegación Jalisco de la Cámara Nacional de la Industria de las Artes Gráficas y propusieron hacer una votación para ver quién sería el siguiente presidente. Fue como en enero de 1995. Éramos veinte y resulta que gané la presidencia con 19 votos contra 1. Todo estaba arreglado. Empecé el 10 de marzo de 1995, un día después de que el Secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz Martínez, anunció un plan de choque para enfrentar la crisis económica que padecía el País (era presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León, 1994-2000)...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba