Entrevista / Miguel Gutiérrez / Con las alas bien abiertas

AutorCecilia Núñez

La primera vez que Miguel Gutiérrez alzó el vuelo, lo hizo a los 13 años con un ala delta sobre la zona de Milpa Alta, en el Distrito Federal. En ese momento supo que su lugar favorito era el cielo, y que cada vez que aterrizara no desearía nada más que regresar a las alturas.

Con el tiempo, su pasión se convirtió en su estilo de vida. Introdujo, junto con su hermano Vico, el vuelo libre (en ala delta y parapente) como deporte oficial en el País y desde hace 34 años inauguró la escuela de vuelo libre Alas del Hombre, en Valle de Bravo.

Armado de un equipo que puede pesar hasta 30 kilos, Miguel ha recorrido el mundo con el único fin de surcar los cielos de Europa, Asia, Oceanía y América practicando el arte del vuelo sin motor.

Muy arriba

¿Cómo comenzó tu pasión por el vuelo libre?

Vengo de una familia de pilotos aviadores. Mi papá fue pionero de la aviación civil en México y desde 1929 practicaba la caída libre: se aventaba del avión y no abría el paracaídas hasta estar muy cerca del suelo. Era muy temerario. Obtuvo la licencia de piloto número 47, una de las primeras en el País. Fue un gran entusiasta y colaborador de todas las instancias de aviación y nosotros, mis 10 hermanos y yo, crecimos en ese ambiente. Mi primer vuelo en ala delta fue en 1976, tenía 13 años.

Después de México ¿Cuál fue el primer país que exploraste volando?

La primera vez que salimos al extranjero fue en 1978, fuimos a Colombia para participar en el primer Panamericano de vuelo en cometa. Tenía 15 años y volé sobre el parque Parque Nacional Neusa, cerca de Bogotá. Tuve la oportunidad de conocer a los mejores pilotos del mundo de esa época y logramos el tercer lugar. Ahí comenzó todo: cuando practicaba ala delta representé a México en campeonatos mundiales en Alemania, Suiza, Australia, Estados Unidos, Japón o Brasil.

¿Qué características debe poseer un lugar favorable para la practica del parapente?

Lo ideal es que haya montañas para poder despegar a pie, sin ayuda de ninguna aeronave de motor. Pero en casi todos los lugares del mundo se puede volar. El parapente es muy eficiente, puedes despegar de lugares muy bajos. Yo he volado en Cancún y Riviera Maya, sobre los vestigios de Tulum, donde hay un acantilado de unos 20 metros. Ahí, con el viento de frente, se genera un ascendente y puedes vivir la experiencia de planear sobre los templos mayas.

¿Cuáles son los sitios más remotos por donde has volado en parapente?

Australia y Japón. En Australia volé en un...

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