Entrevista / Leonardo López Luján / Urgen a una cultura del mantenimiento

AutorFrancisco Morales V.

Tras la intensa granizada del pasado 28 de abril, una de las joyas arqueológicas mexicanas, el Templo Mayor, sufrió un descalabro que, hasta ahora, ha resultado más aparatoso que dañino, pero que ha revelado la necesidad de destinar mayores recursos al mantenimiento de las estructuras que resguardan el patrimonio.

Con el derrumbe de uno de los techos instalados por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez en 1982, el que guarecía a la Casa de las Águilas de la intemperie, los expertos del INAH trabajan a contrarreloj para resguardar los vestigios comprometidos.

En entrevista vía email con REFORMA el pasado viernes, el director del Proyecto Templo Mayor, el arqueólogo Leonardo López Luján, pondera los daños -por ahora, menores- causados por la caída de la techumbre y explica el porqué del derrumbe de la estructura.

Hace también un llamado a las autoridades culturales: es vital que el INAH reciba el presupuesto mínimo para atender su red de museos y sitios arqueológicos, así como para garantizar contratos dignos para su personal.

Considerando el peritaje más reciente, ¿cómo describiría los daños sufridos por la Casa de las Águilas? ¿Dónde se concentran?

Aunque los especialistas en conservación, ingeniería y protección civil han trabajado intensamente, el peritaje aún no se concluye. Sin embargo, ya nos fue permitido ingresar por debajo de la cubierta colapsada y evaluar de manera preliminar los daños en los vestigios arqueológicos.

¿Cuál es la situación de los vestigios? ¿Están fuera de peligro por ahora? ¿Hay algún foco rojo de riesgo?

Los espacios interiores de la Casa de las Águilas, con más de cinco siglos de antigüedad, están decorados con pinturas murales sobre aplanados de tierra y con banquetas policromadas que son extremadamente delicadas. Por fortuna, la manera en que colapsó la cubierta hizo que sólo hubiera impactos en zonas muy puntuales. Los daños son relativamente menores y reversibles.

¿Se encuentra protegida ya el área comprometida, considerando la posibilidad de más lluvias? De ser así, ¿de qué forma?

Nuestros especialistas han laborado mañana, tarde y noche apuntalando la cubierta y protegiendo pisos, banquetas y muros con triplay, ethafoam y polietileno, con el fin de mitigar eventuales impactos durante el desarmado de la cubierta, así como el contacto de los vestigios con la lluvia y los rayos solares.

Hasta donde pueda saberse, ¿por qué la cubierta moderna se vino abajo con esta granizada en particular, habiendo aguantado...

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