La entidad se hunde en la descomposición

AutorJosé Gil Olmos

CUERNAVACA, MOR.- Cuando Gra-co Ramírez tomó posesión del gobierno de Morelos, en 2012, afirmó que en 18 meses controlaría la situación de violencia y descomposición social que azota a la entidad desde el gobierno de Jorge Carrillo Olea. Hoy, sin embargo, aquí se vive una severa crisis política, social y de seguridad que se agravó el sábado 2, cuando la presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota, fue asesinada en su domicilio por un comando de sicarios, apenas un día después de haber asumido el cargo.

Tras la muerte de Arturo Beltrán Ley-va el 16 de diciembre de 2009 en el fraccionamiento Las Brisas, en Cuernavaca, Morelos se convirtió en una plaza que se disputan Los Rojos y Guerreros Unidos, grupos criminales que ahora controlan 14 de los 33 municipios de la entidad.

El gobierno de Graco Ramírez tiene la información de que el crimen organizado ha presionado a los 14 alcaldes para controlarlos. Lo que quieren, dice en entrevista el comisionado estatal de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra, son tres cosas: rechazar el mando único e imponer a quien comande a las policías municipales, acaparar la obra pública y que les den 10% del presupuesto otorgado.

Los 14 municipios en estado de alerta para el gobierno morelense son los que están en el sur, colindantes con Guerrero y controlados por Los Rojos; además de la capital, Cuernavaca, y el municipio de Emiliano Zapata que dominan los Guerreros Unidos, más Temixco, donde ambos bandos se disputan el control.

"Ahí tiene al expresidente municipal de Amacuzac, Jorge Miranda, quien es primo del capo más buscado del estado, Santiago Mazarí, así como al actual alcalde de Tlaquiltenango, Enrique Alonso, muy cuestionado, y muchos otros. Evidentemente, cuando se vio lo de Amacuzac el gobernador emitió un decreto de mando único para no poner en riesgo la seguridad.

"Pero no contábamos con la llegada de Cuauhtémoc Blanco, que nunca fue visto en Cuernavaca, que no vive aquí y cuya presencia aquí es prácticamente inexistente", advierte Capella, quien insiste en que detrás del futbolista está Federico Figueroa, que, dice, tiene vínculos con la delincuencia.

Sin embargo, el poeta Javier Sicilia advierte que "no se trata de un asunto de policías y ladrones; tampoco de quién se queda con el monopolio de las balas con el mando único, sino que es algo más profundo que tiene que ver con la corrupción en la estructura de gobierno, los partidos políticos y los presidentes municipales que han sido infiltrados por los criminales".

Cabeza del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad -formado en 2011 tras el asesinato en Cuernavaca de su hijo-, Sicilia sostiene que hoy Morelos vive un estado de descomposición grave, iniciado hace 20 años, cuando gobernaba Carrillo Olea y que después se profundizó con los panistas Sergio Estrada Cajigal y Marco Antonio Adame.

"El problema es que no hay justicia...

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