Enrique Krauze / Precisiones necesarias

AutorEnrique Krauze

En diversas ocasiones el presidente ha sostenido que en mis trabajos históricos olvidé la matanza de "15 mil" yaquis cometida por el gobierno de Porfirio Díaz. En "La mañanera" del 19 de enero afirmó que, según yo, "Díaz Ordaz asesinó a más gente que Porfirio Díaz". Se trata de dos equívocos que provienen de su lectura de este párrafo mío:

"Por lo que hace a su saldo de sangre, Porfirio Díaz no fue, ni remotamente, el mayor asesino de nuestra historia. Los crímenes que refieren J. K. Turner y otros críticos [...] son ciertos y deplorables, pero la medalla de oro en esa práctica no la tiene Porfirio Díaz sino el otro Díaz de nuestra historia reciente (Ordaz), varios caudillos de la Revolución y los presidentes sonorenses".

No hay tal olvido. En mis libros hay amplias referencias a la guerra de los yaquis. Es él quien ha olvidado corregir su error al citar la cifra de muertos. Se lo señalé públicamente, en su momento: la cifra correcta es mil 500.¹

Pero más allá de esa precisión, el propósito de mi párrafo era comparar los crímenes del porfiriato con los de los tiempos posteriores. ¿Cuántos mexicanos murieron en la Revolución por efecto de la violencia? Nadie lo sabe, pero la diferencia entre los censos de 1910 y 1921 fue de 825 mil 589. Descontando la emigración a Estados Unidos y la gente que murió por hambre y enfermedades (tifo, influenza española), la cifra de muertes violentas puede aproximarse a los 250 mil. ¿Cuántos chinos fueron masacrados el 15 de mayo de 1911 en Torreón? Oficialmente 303. ¿Cuántos murieron en la rebelión delahuertista de 1924? Siete mil. ¿Cuántos en la Cristiada (movimiento iniciado por Calles)? Entre 25 mil y 30 mil cristeros y 50 mil federales. ¿Cuántos vasconcelistas fueron ejecutados en Topilejo? Quizá un centenar. ¿Cuántos estudiantes murieron en Tlatelolco? Quizá 300.

Si Díaz fue implacable con los yaquis, no lo fueron menos los gobiernos revolucionarios de Obregón y Calles. Entre octubre de 1926 y abril de 1927, convencido de que se abría "una brillante oportunidad para acabar con una vergüenza para Sonora" (frase de Obregón), el gobierno de Calles envió 15 mil hombres a arrasar a los yaquis, a quienes bombardeó (usando gases) con aviones de la Fuerza Aérea Mexicana.

Y si Díaz fue implacable con los indígenas sublevados, Benito Juárez -al que López Obrador y...

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