Enfoques y políticas de desarrollo rural en México: una revisión de su construcción institucional.

AutorHerrera Tapia, Francisco

Approaches and Rural Development Policies in Mexico: A Review of Institutional Construction

INTRODUCCIÓN

La dicotomía entre lo rural y lo urbano forma parte de una larga historia de intentos por dividir a las sociedades en dos mundos geográficos de asentamientos humanos, para así poder situar y calificar a la población de acuerdo con la forma de interactuar con el medio físico-ambiental. Por ello, lo rural suele distinguirse del mundo urbano en la intensidad y las formas de relación entre el orden social y natural.

Al paralelo, a lo largo del siglo xx lo rural también fue concebido como consustancial a la falta de desarrollo en comparación con el espacio urbano; en ese sentido, lo rural se encuentra objetivizado por un marco de actuación del gobierno y agentes institucionales que fomentan el desarrollo de los espacios considerados como rurales y el equilibrio de su situación desventajosa respecto del medio urbano. De ahí que la definición de desarrollo rural (DR) remita a una condición deseable de bienestar para los habitantes de un territorio considerado--según ciertos parámetros y calificaciones--como rural.

"Cuando el desarrollo no se refiere al conjunto de una sociedad, sino que se centra en las áreas rurales en las que se pretende mejorar el nivel de vida de su población, a través de procesos de participación local y mediante la potenciación de sus recursos propios, éste se define como desarrollo rural" (Guzmán et al., 1999). Al hablar de desarrollo rural evocamos, por un lado, la idea evolucionista y unidireccional de desarrollo del espacio rural y, por el otro, identificamos las zonas rurales como receptoras de un tipo de desarrollo institucionalizado por parte del Estado u otros actores sociales.

Así, la palabra rural viene del latín ruralis, de rus (campo), y el término está asociado a la rusticidad; el campo se convierte en el objeto del desarrollo, se entiende que las personas y el territorio que conforman un ámbito rural poseen una dinámica social que debe ser cambiada mediante el desarrollo (modernización). El desarrollo en su versión clásica propone avanzar hacia un estado de perfección abierto al futuro, e incluye quitar aquello que se considera atrasado y, por lo tanto, las prácticas sociales del medio rural tenderán a cambiarse por otras en las que subyace la idea de cambio.

Gran parte de las concepciones que se han tenido del DR han estado subordinadas a proyectos de desarrollo económico y social de carácter global; es decir, los proyectos locales de desarrollo rural suelen ser una réplica de los macroproyectos formulados desde la esfera internacional o desde las burocracias gubernamentales. Asimismo, la influencia disciplinaria en el desarrollo rural ha estado dominada durante años por la economía y las ciencias agropecuarias, con menoscabo de otras disciplinas y enfoques metodológicos de amplia pertinencia para los estudios del desarrollo como la antropología, la sociología, la biología y la pedagogía, entre otras.

De origen, la concepción de DR se encuentra claramente vinculada con la tradición de un desarrollo económico modernizador; es una extensión ramificada de esa noción hacia los espacios locales denominados rurales. Tal situación, si bien ha traído beneficios en algunos sectores en cuanto a la calidad y el nivel de vida de los pobladores rurales, no deja de sorprendernos la cantidad de proyectos sin repercusiones positivas en la base social.

De ahí que la propuesta de este artículo sea describir y precisar los enfoques más sobresalientes del desarrollo rural en México, y ubicar su evolución en el tiempo, con el fin de documentar de manera sintética la construcción institucional que ha afectado el medio rural desde el plano gubernamental u otras instancias promotoras de desarrollo y en ese sentido establecer puntos de reflexión sobre la cuestión rural.

EL DEBATE POR EL DESARROLLO COMUNITARIO VÍA LA CIVILIZACIÓN

Al empezar el siglo XX, el México independiente en su proceso de consolidación como Estado-nación tenía un modelo civilizatorio de carácter genérico para la nueva sociedad mexicana. El modelo de modernización tenía como premisa la incorporación de la población rural (indígena) a la lógica institucional, a través de la desmitificación de sus prácticas culturales y formas de vida locales. La educación y la alfabetización castellana se convirtieron en la principal herramienta de cambio social y modernización, que se observó con mayor claridad a partir de los gobiernos posrevolucionarios.

Al respecto, múltiples estudios de aquellos tiempos se debatieron en el dilema de las bondades y perjuicios de la modernización del medio rural. Para Gamio (1) (citado en Hewitt, 1988, 30) el punto crucial de su problema (niveles bajos de subsistencia entre la población rural) estaba en la cultura, en su "vida arcaica que transcurre en medio de artificios y supersticiones", la cual debía modificarse mediante su futura "incorporación a la civilización contemporánea". La teoría de Gamio se basaba en el supuesto de que la gloria de las culturas indígenas de México había quedado definitivamente relegada al pasado precolonial. Por otra parte, las diferencias contemporáneas de cultura entre las "pequeñas naciones" del país, como gustaba de llamarlas, eran simplemente piedras que obstaculizaban el camino hacia la unidad nacional (Hewitt, 1988).

Prácticamente la mitad del siglo xx fue destinada al estudio de las comunidades rurales indígenas, con la pregunta: ¿cómo lograr la incorporación de éstas a la modernización? Hubo muchos enfoques antropológicos que abonaron en gran medida la construcción de la arquitectura disciplinar de la antropología (funcionalismo, ecología cultural, aculturación, folk, continuum folk-urbano, etc.), con la idea de comprender las normas y los cambios que regían la vida comunal y, con base en ello, criticar y formular planes de acción para el desarrollo y la modernización. Por ejemplo, los trabajos de Oscar Lewis (1951 y 1961) abundaron en el estudio de la personalidad de los habitantes de comunidades rurales, así como del proceso político local de las mismas.

Todavía en la década de los cincuenta, el repunte de los estudios culturalistas con enfoque ecológico y marxista trascendieron un debate más allá de los sistemas de aculturación e integración tribal, para ingresar al terreno de las abundantes teorías sobre el campesinado. Las deficiencias en el estudio de la comunidad de manera aislada y desconectada de la vida nacional y de los sistemas institucionales, hicieron que la economía fortaleciera su presencia en los estudios del desarrollo de la comunidad rural.

Pronto el concepto de folk, acuñado por Redfield (1947), que alude a una cultura aparte del entorno social mayor, con una dependencia cultural exclusiva, fue sustituido por el concepto campesinado de Wolf (1955). Este término pretendió dar una explicación respecto a la articulación estructural de los campesinos con su entorno institucional de carácter nacional e internacional. En este escenario surge la relación entre las sociedades campesinas y la urbana; la segunda depende de la primera en términos del suministro de productos agrícolas. No obstante, "Wolf, por su parte, insistía en que el campesinado, más que dependiente, era explotado: producía un volumen de bienes agrícolas del cual se apropiaban, mediante el ejercicio del poder, aquellos grupos que clamaban tener mayores derechos sobre los medios de producción o sobre el uso de la fuerza" (Hewitt, 1988).

Otro de los debates se focalizó en el plano de las relaciones socioeconómicas; se puso especial énfasis en los excedentes de los campesinos y en la apropiación de ese excedente por lo grupos de poder (élite). La literatura no refiere en detalle si la renta del campesino era producida ex profeso para cubrir las exigencias externas, o si era un ahorro de los campesinos, que era expoliado por las élites de dominación. Sin embargo, queda clara la idea de que la renta de los campesinos era apropiada mediante mecanismos de dominación y tributaciones diversas.

Las teorías de Ángel Palerm (1980) abundaron en la caracterización económica de los sistemas de producción domésticos de los campesinos, la lógica de producción de tipo "precapitalista" marcó la principal diferencia del campesino en relación con otras sociedades primitivas o indígenas. Si bien el campesino no se guiaba por una lógica capitalista, sí generaba excedentes y una renta a partir de la exigencia de agentes externos a la unidad doméstica; eso también reforzó la idea de un sistema de producción de subsistencia no orientado a la ganancia.

Uno de los principales estudiosos de los sistemas de producción campesinos fue A. V. Chayanov (1987); de origen ruso, este autor aseguraba el carácter no excedentario de los campesinos. Basado en el estudio del campesinado ruso concluye con la idea de una lógica de subsistencia no capitalista de las unidades de producción campesinas.

En esta misma línea, Wolf y Clyde (1980) refieren estudios de los sistemas de organización del campesinado que se encuentran en su entorno, es así como se construye el concepto de "coalición", que ayuda a explicar otras dimensiones analíticas de los sistemas de producción campesinos menos rígidos que la interpretación marxista. Dicho concepto de coalición permite entender los mecanismos de negociación clientelar y las relaciones patronales, familiares y de compadrazgo. En términos amplios sus estudios subsecuentes dieron cuenta del papel de las redes de poder y el cacicazgo en la construcción de los sistemas de producción campesinos.

El tema de la ecología, que prevaleció a lo largo de los años cincuenta y sesenta, fincó sus estudios en explicaciones sobre los mecanismos de supervivencia en esquemas económicos e institucionales más amplios. Es decir, partiendo de la caracterización de los sistemas de producción capitalistas y no capitalistas, los investigadores llegaron a concluir sobre las lógicas y modalidades de articulación...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR