De la emoción a la cognición, aportes neuropsicológicos

AutorGrecia Herrera Meza/Edmont Celis López/Ernesto Peredo Rivera/Armando Jesús Martínez Chacón
Páginas247-262
Estudios Interdisciplina rios Sobre la Ciencia
247
DE LA EMOCIÓN A LA COGNICIÓN. APORTES
NEUROPSICOLÓGICOS
Grecia Herrera-Meza146
Edmont Celis-López
Ernesto Peredo-Rivera
Armando Jesús Martínez Chacón
Resumen
La expresión de las emociones es el reflejo de un proceso de interacción
del individuo con su entorno biológico y social. Sin embargo, éste
puede ser alterado por efecto de tensores ambientales como el estrés.
En este capítulo se describirá el papel de las emociones y c ómo éstas
se interactúan y afectan el procesamiento cognitivo vinculado a la
corteza frontal del cerebro. Asimismo, se revisará cómo es que
estresores ambientales en contextos determinados, como el educativo,
tienen un impacto directo sobre procesos cerebrales de tipo emocional
Palabras clave: emoción, estrés, evaluación neuropsicológica,
funciones ejecutivas cerebrales, Stroop.
Introducción
Sin lugar a duda cuando uno refiere al termino emoción, puede venir a
nuestra mente la imagen de la conducta del hombre expresando un
gesto de alegría, tristeza, enojo, asco o desdén. Esta interpretación es
bajo la óptica de un sistema de r espuestas conductual/expresivo
(Mohanty, 2005); o bien puedes haber pensado en emoción como una
sensación que deriva de una respuesta fisiológico/adaptativa como lo
sería la sudoración o la aceleración del ritmo cardiaco al presentar un
examen de grado y todo lo que ello implica, o bien pronunciar un
discurso frente a cientos de personas en un auditorio; o más aún, ser
una reacción ante una situación específica, como lo sería: emprender la
huida o ti rarte al suelo ante una balacera en la calle (sí es que lo
146 1 Doctora Grecia Herrera-Meza realiza investigación en Neurociencias
aplicada a la educación en distintos niveles académicos mimbro del SNI nivel
candidata, 2 Doctor Edmont Celis-López estudia las bases neurobiológicas de
funciones ejecutivas (Instituto de Neuroetología, Universidad Veracruzana), 2
Maestro en Ciencias Ernesto Peredo-Rivera estudia el procesamiento de las
emociones en poblaciones escolar (Instituto de Neuroetología, Universidad
Veracruzana), 2 Doctor Armando Jesús Martínez realiza investigación sobre la
ecología del comportamiento y análisis estadísticos y es mimbro del SNI nivel
I (Instituto de Neuroetología, Universidad Veracruzana.
Carlos Antonio Vázquez Azuara
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consideramos desde un sistema cognitivo/ subjetivo que procesa
respuestas ocasionada por el entorno social o del ambiente (Mohanty,
2005). Por lo tanto, es más que evidente que una emoción puede variar
entre individuos y esto depende también de las experiencias vividas y
aprendidas.
Las emociones por lo tanto son tan cotidianas que se expresan
y observ an en otros individuos que pasa d esapercibido su análisis u
observación. Sin embargo, resulta importante detenernos un momento
para estudiar y considerar, no sólo, a la emoción como una experiencia
multidimensional, sino que, cada una de estas dimensiones p uede
adquirir especial relevancia cuando se expresa una emoción en
concreto, en presencia de otra persona en particular o ante una
situación determinada (Mohanty, 2 005). Es en este contexto que, una
emoción podría definirse como una experiencia afectiva en cierta
medida p uede estar dentro de un gradiente de agradable o lo
desagradable, además su expresión supone una cualidad
fenomenológica con determin adas características y es en este sentido
que compromete tres sistem as de respuesta según como lo refiere
(Mohanty, 2005): cognitivo-subjetivo, conductual-expresivo y
fisiológico-adaptativo.
Bajo dicho referente la ciencia, en este sentido, cada vez
avanza más aportando evidencia sobre el funcionamien to de nuestro
cerebro, así que recientemente se publicaron datos sobre un gradiente
de 27 distintas categorías de emociones que se registraron en una
muestra de 853 individuos que observaron 2,000 video filmaciones
(Cowen y Keltner, 2017). Esta nueva evidencia, que es contraria a lo
que muchos estudios indican (Ekman, 1980), muestra de forma
contundente que los individuos tienen una interconexión con la amplia
variedad de escenarios cotidianos que, indudabl emente, desencadenan
la expresión de emociones. Además, es importante precisar que las
expresiones de las emociones son procesadas en milésimas de
segundos en la corteza prefrontal, así como en estruct uras como la
amígdala y el hipocampo, las cuales p rocesan la información
emocional.
Esta nueva evidencia reveló también que, el concepto de
emoción se relaciona fuertemente con las distintas situaciones en las
que transitan los individuos. Lo que p ermitirá realizar más estudios
direccionados con respecto al comportamiento, la fisiología y las
diferencias individuales (Clore y Ortony 2013). Es pertinente indicar
que muchos de los estudios centrados en identificar cuáles son las
regiones del cerebro que se activan durante las experiencias
emocionales, considerando sólo las seis emociones básicas (Brooks et

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