Carlos Elizondo Mayer-Serra / Servicios o pensiones

AutorCarlos Elizondo Mayer-Serra

Nada mejor para arreglar un conflicto con un sindicato que mejorar el régimen de pensiones, ya sea bajando la edad de retiro o aumentando el monto de las mismas. Sobre todo en una empresa pública, propiedad de todos, pero en la práctica de nadie. El costo de la medida no la paga el funcionario que la toma y los supuestos dueños de la empresa, o sea todos nosotros, ni nos enteramos. Alguien en el futuro, nuestros hijos, tendrá que enfrentar esta generosidad, pero en el presente ese funcionario arregla el problema y todos nos quedamos en paz.

Ser generoso en el contrato colectivo, en días de vacaciones, permisos, horas de trabajo, flexibilidad en caso de faltas, aun las graves, y por supuesto en pensiones y jubilaciones fue la norma en la relación entre gobierno y sindicatos del gobierno y de empresas públicas. Así, se resolvieron muchos de los conflictos laborales de la década de los setenta y los ochenta. Había dinero, la rendición de cuentas era escasa y faltaba mucho para la jubilación. Era, además, justo con los trabajadores; eran conquistas que se podían presumir como muestra de que el espíritu de la revolución seguía vivo.

Lo malo es que tanta generosidad debe ser pagada. Ya llegó el momento de enfrentar la deuda. El gobierno nunca reservó estas pensiones y, como dejó de expandirse, el problema llegó aun antes de lo esperado. Los trabajadores en retiro son cada vez una proporción mayor de los que trabajan y están por pensionarse muchos de los que iniciaron sus labores en la década de los setenta, los años de la expansión del aparato público.

Quizás, en ninguna institución esto es más evidente que en Luz y Fuerza del Centro (LFC). La baja edad de jubilación ha llevado a que tengan un retirado por cada dos trabajadores en activo. En el 2003 asignarán 5 mil 633 millones de pesos para el pago de pensiones, 326 millones de pesos más que las inversiones programadas. A esto hay que agregarle la rigidez del contrato colectivo. Un trabajador de la CFE hace el trabajo de hasta cinco de LFC.

El usuario enfrenta algunas de las ineficiencias de la empresa, como cuando va a pagar o pide que se le conecte la energía. No enfrenta, sin embargo, realmente el costo de las pensiones y de los problemas de operación de la empresa. Muchos consumidores se benefician de poderse "colgar" con impunidad de la red eléctrica sin pagar un centavo, otros sencillamente no pagan, pero no los desconectan. Quienes pagan de verdad los problemas de la empresa son los...

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