Elecciones en América Latina: un análisis comparado

AutorManuel Alcántara Sáez
Páginas9-70
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INTRODUCCIÓN
El periodo comprendido entre enero de 2009 y noviembre de 2011 ha dado
cabida a la celebración de un importante número de procesos electorales
en América Latina que se insertan en la dinámica establecida de manera
ininterrumpida desde hace más de dos décadas. Esta rutinización de lo
electoral es una característica relevante de la vida política de la región que
constituye un eje de indudable interés académico. Al igual que ha sucedido
históricamente con estudios en la materia referidos a las democracias clá-
sicas occidentales que se han terminado constituyendo como referentes
clásicos a la hora de elaborar diferentes aproximaciones teóricas de las
que bebe la política comparada (Rokkan, 1970; Taagapera y Shugart, 1989;
y Lijphart, 1994)1 la oportunidad de testar muchas de las ideas elaboradas
e incluso de producir nuevas de conformidad con la realidad latinoameri-
cana se muestra como un imperativo de enorme potencia.
Este capítulo se estructura en dos partes. La primera analiza desde una
perspectiva temporal algunas constantes generales del comportamiento
electoral y del sistema de partidos generado en los distintos países según
cuatro indicadores: la participación electoral, la volatilidad electoral, el for-
mato numérico del sistema de partidos y la ubicación ideológica de los
partidos. Visto a lo largo del tiempo, las constantes son más persistentes
* Catedrático de Ciencia Política e investigador del Instituto de Iberoamérica de la Univer-
sidad de Salamanca.
1 No es objeto de este trabajo presentar una evidencia exhaustiva de esta circunstancia,
pero baste recordar, entre muchos otros, los trabajos a lo largo de tres décadas sucesivas.
Elecciones en América Latina: un análisis comparado
Manuel Alcántara Sáez*
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Manuel Alcántara Sáez
que los cambios profundos de dichos indicadores. En la segunda parte,
más extensa, se abordan de manera comparada los comicios celebrados
en diecisiete países de la región en el lapso arriba señalado siguiendo la
lógica establecida para la elaboración de los capítulos sucesivos que abor-
dan los casos nacionales. Ello permite introducirse en la política de la re-
gión a través de una mirada puntual que se enriquece del contexto que
aporta el propio entorno. Cinco son los ejes que guían el análisis: las con-
diciones institucionales de la competencia electoral, la oferta electoral, los
resultados de los comicios, el sistema de partidos y el escenario conforma-
do tras las elecciones en las relaciones Ejecutivo-Legislativo. Las conse-
cuencias políticas de los procesos electorales registrados, con el cuestio-
namiento de los casos de Honduras y Nicaragua, permiten referirse a un
patrón de evidente normalidad definido por la alternancia, por la renova-
ción de la elite presidencial y por la existencia de propuestas vencedoras
institucionalmente articuladas. Se concluye con un epílogo en el que se
plantean los principales desafíos que en el orden electoral encaran los
países latinoamericanos para el próximo ciclo.
EN TORNO A TREINTA AÑOS DE PROCESOS ELECTORALES
Los patrones de la participación electoral
El Anexo I recoge la participación electoral en los distintos países latinoame-
ricanos a lo largo de las últimas tres décadas en promedio. Se aportan datos
relativos a los comicios legislativos y a los presidenciales en porcentaje tanto
al padrón electoral como a la población activa en edad de votar. La concurren-
cia a las urnas es habitualmente superior en los comicios presidenciales
que en los legislativos. Esta circunstancia se constata claramente en las
elecciones de medio término argentinas y mexicana donde el promedio es de
tres puntos porcentuales y una cifra superior a los quince puntos menos
respectivamente. En El Salvador donde solo una vez (1994) coincidieron am-
bos comicios también la participación en las presidenciales goza de mayor
índice, en torno a diez puntos, que en las legislativas. Finalmente, en Colom-
bia donde las elecciones parlamentarias se celebran tres meses antes de las
presidenciales la concurrencia a las urnas es en torno a seis puntos menos.
Elecciones en América Latina
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Argentina, Ecuador, Honduras, Panamá y Uruguay son los cinco úni-
cos países en los que el margen entre el censo electoral y la población en
edad de votar es prácticamente inexistente lo que traduce una administra-
ción electoral que afina notablemente el padrón. En México se va reducien-
do este margen. Por el contrario, hay un grupo de países cuya diferencia
promedio es superior a los veinte puntos como es el caso de Bolivia y de
Chile (la inscripción en el censo es voluntaria). Guatemala, Paraguay y Ve-
nezuela tienen márgenes de diez puntos.
Las series relativas a la participación en elecciones presidenciales
muestran tendencias bastante estables en la mayoría de los países con
oscilaciones inferiores al 10 por ciento para una serie de cuatro a nueve
citas electorales recogidas. El gran descenso se produce en Venezuela en-
tre las elecciones de 1988 y las de 1993 donde la participación bajó veinte
puntos evidenciando la existencia de dos series muy diferentes con un
promedio de participación entre 1978 y 1988 del 85.7 por ciento a otro del
63.7 entre 1993 y 2006. Igualmente Honduras ha ido disminuyendo su
participación electoral paulatinamente desde 1985 que fue del 84 por cien-
to sobre el censo a 2009 en que se redujo al 50 por ciento. Un descenso
menor se ha producido en Costa Rica con valores en torno al 81 por ciento
entre 1978 y 1994 para situarse a partir de ese año en cifras por debajo al
70 por ciento. Chile ha disminuido su participación electoral sobre el censo
del 94.7 por ciento en 1989 al 87.2 por ciento en 2009, pero su bajada ha
sido mayor si se toman los datos con respecto a la población en edad de
votar, ahí ha pasado del 89.3 por ciento en 1989 al 63.6 por ciento en 2005.
Tomando el promedio de los resultados presidenciales de la última
década con respecto al padrón América Latina muestra un comportamien-
to muy diferenciado siendo Uruguay, con el 90 por ciento de participación
y Colombia con el 47 por ciento los dos polos opuestos. Este último país
combina el voto voluntario con un escenario de violencia que dificulta los
procesos electorales en distintas zonas del territorio. Entre medias hay un
grupo de seis países con una participación promedio superior al 75 por
ciento, se trata de Chile, Perú, Bolivia, Brasil, Argentina y Panamá. Otros
seis países tienen una participación promedio entre 65 y 75 por ciento, son
República Dominicana, Ecuador, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Ve-
nezuela. Por último, Guatemala, México y Honduras poseen una participa-
ción media entre el 57 y el 62 por ciento.

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