Eduardo Caccia / Malobra pública

AutorEduardo Caccia

El muy lamentable desplome de un segmento de la vía elevada de la ruta 12 del Metro en la Ciudad de México, que ha cobrado la vida de 26 personas y dejó decenas de heridos, debe llamarnos a la reflexión sobre la forma de hacer obra pública en México, práctica que, de no corregirse, seguirá generando accidentes mortales.

Lo primero que hay que subrayar es que en México el interés del político suele estar encima del criterio técnico y del interés comunitario. Quienes hacen obra privada y pública coinciden en que los proyectos públicos muchas veces nacen viciados. La secuencia de una obra gubernamental de gran calado, como las líneas del Metro, un aeropuerto, una refinería, deberían primero tener un proyecto ejecutivo con sus diferentes estudios de impacto, luego debería convocarse a los diferentes constructores para establecer no sólo el precio sino el tiempo necesario para construir la obra.

En la práctica, la cola mueve al perro. Un político declara: "Vamos a hacer tal obra y estará lista en tal fecha, ¡me canso ganso!" y a partir de ahí (con un plazo y condiciones caprichosas), inicia el proceso. El resultado es que se inauguran obras incompletas o mal terminadas. Al político común le interesa primero su carrera, luego (quizás) solucionar un problema a la comunidad. En medio de la construcción surgen además una serie de inconvenientes. Cuando un gobierno contrata a los más baratos, los grandes constructores bajan los precios (con serias afectaciones a la calidad) subcontratando empresas de menor capacidad técnica, para cumplir requisitos que arrastran presiones de tiempo y costo. El resultado arroja trabajos defectuosos.

Quienes saben de estructuras sugieren que el colapso de la trabe de la Línea 12 se debe a una cadena de eventos, producto de malas decisiones, atribuibles a los diseñadores estructurales y a los constructores: un deficiente diseño, una construcción muy defectuosa, donde -particularmente- las soldaduras tienen un papel crítico. Otro factor incide en las potenciales tragedias: la austeridad gubernamental. El Presidente declaró que esta parquedad no afectó en el accidente, afirma, ufano, que presupuesto para mantenimiento hay. Lo que no ve el mandatario es que la política de austeridad afecta no sólo en el mantenimiento sino desde la selección y contratación de constructores (escoger el precio bajo no siempre es inteligente).

El...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR