Editorial
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Editorial La Barra 1
Editorial
Iniciamos este nuevo año enviando una felicitación a nuestros lectores, deseándoles un 2016
lleno de salud, de paz y de éxito.
Además de nuestro trabajo de difusión profesional, queremos compartir con ustedes tres
eventos de la mayor trascendencia para el trabajo del Colegio que son: el reconocimiento
a los miembros que cumplieron cincuenta años de ejercicio profesional, la entrega de la
primera edición de la Medalla al Mérito Barrista y el otorgamiento del Premio Nacional de
Jurisprudencia.
En el 2015 cumplieron cincuenta años de ejercicio profesional nuestros compañeros Emilio
Pérez Orocio, Martín Torres Ramírez, Guillermo Torres Trueba, Antonio Montes Peña y
José Mario de la Garza Mendizábal, siendo este último el encargado de dirigirse a nuestra
Asamblea en representación de este destacado grupo de barristas.
En su discurso de agradecimiento Don José Mario, sin decirlo expresamente, dejó una muestra
más de la importancia de la colegiación de nuestro gremio, a través de la cual las nuevas
generaciones de abogados pueden abrevar de la sabiduría, de la experiencia y del ejemplo de
aquellos que los han precedido en el ejercicio de esta tan apasionante como ardua profesión,
y que nos recuerdan que el estudio permanente y la ética profesional deben ser los únicos
motores que impulsen nuestro desarrollo profesional.
Resulta indiscutible para toda nuestra membresía que, como recipiendario de la primera edición
de la Medalla al Mérito Barrista, el nombre de nuestro querido Cuauhtémoc Reséndiz Núñez
es prácticamente un sinónimo, de tal suerte que estamos en presencia de un raro caso en el
que el premio y quien lo recibe se denen mutuamente, casi como un espejo.
Finalmente, presentamos en nuestra portada a Diego Valadés Ríos, cuya sobresaliente carrera
en la academia, la investigación y el ejercicio profesional fue reconocida con nuestro Premio
Nacional de Jurisprudencia en su edición del 2015.
Siguiendo la misma pauta que los colegas a los que ya nos hemos referido anteriormente,
en el discurso de agradecimiento de Diego Valadés no encontramos el mínimo rastro de la
autocomplacencia ante los logros profesionales alcanzados, sino que más bien escuchamos
el eco de las palabras de Shakespeare que nos recuerdan que el pasado no es más que un
prólogo, y que en México existen muchas deudas históricas por saldar, en cuya solución un
ejercicio instruido pero, ante todo, honesto de la profesión del derecho, en todas sus múltiples
facetas, resulta un ingrediente indispensable.
Le agradecemos a este distinguido grupo de colegas sus importantes aportaciones y su
incomparable ejemplo.
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