Duros de atrapar

AutorGerardo Olvera y Arturo Sierra

Parecía la película "Una tarde de perros": un calorón, un asalto, policías, rehenes, cámaras de TV y decenas de curiosos.

Eran las 15:00 horas, el termómetro marcaba 30 grados. La casa de empeño "El Diamante", en la Delegación Gustavo A. Madero, era el escenario de una crisis de seguridad.

Dos hombres que asaltaron la casa de empeño fueron sorprendidos por la Policía -cuando ya tenían un millón 200 mil pesos en joyas- y decidieron tomar como rehenes a tres empleados.

Como Kevin Spacey en "El Negociador", el Procurador capitalino, Miguel Mancera, operó directamente para que las víctimas fueran rescatadas ilesas.

Francisco Arellano, de 30 años de edad, y Rubén Hernández, de 20, ingresaron con armas de fuego a "El Diamante", en la Colonia Solidaridad Nacional. Ahí amagaron a un joven de 22 años, al gerente y a una cajera. Tres clientes que escaparon avisaron a la Policía.

El negocio fue sitiado por patrullas. Los delincuentes, quienes se atrincheraron y retuvieron a los empleados, tenían un cómplice afuera: Gustavo Eduardo Aguinaga, de 19 años, les reportaba de los movimientos policiacos.

Durante media hora amenazaron con matar a los rehenes.

Fue cuando Mancera entró a escena: Decidió negociar con los asaltantes, pero antes se colocó un chaleco antibalas (uno blanco, no de los azules que utilizan los policías rasos).

"Uno de ellos dijo que ya no les interesaba nada, que iban a matar a los rehenes", relataría horas después Mancera.

Los delincuentes exigían una patrulla y que los policías no los siguieran. Cuando el Procurador decidió darles el vehículo, ellos liberaron a la cajera.

"Vamos a salir y no los voy a soltar... háganse para allá o disparó", gritó uno de los asaltantes que encañonaba a un rehén.

A las 15:41 los ladrones abordaron la unidad P02-01 -que en las puertas tenía logos que decían "Ciudad Segura"- y huyeron hacia la zona alta de Cuautepec.

Como en las películas de Bruce Willis, unas 20 patrullas arrancaron tras ellos y un helicóptero Cóndor de la SSP local.

La escena se convirtió en la reedición de la persecución de O.J. Simpson con las cámaras de televisión siguiendo al convoy.

La "cacería" duró unos 15 minutos, hasta que los delincuentes abandonaron la patrulla y los rehenes en los límites con...

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