Drogas: el debate mundial

AutorLuis Alfonso de Alba Góngora Embajador de México ante organismos

Luis Alfonso de Alba Góngora

Embajador de México ante organismos

En medio de la polarización que han generado tanto la legalización o despenalización de la mariguana en Estados Unidos y Uruguay, como los pronunciamientos recientes sobre este tipo de medidas por parte de personalidades y políticos de la talla del presidente Barack Obama o el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas celebró en días pasados una reunión de alto nivel para evaluar los avances de la estrategia global contra las drogas.

Lo primero que hay que hacer notar de esta reunión de alto nivel en la que participaron ministros y viceministros de numerosos países, es que a pesar del creciente y generalizado cuestionamiento sobre la efectividad de las políticas seguidas hasta ahora y de la gran insatisfacción con los resultados alcanzados, aún se perciben fuertes divergencias al tratar de abordar el problema de las drogas bajo nuevos enfoques. Mientras algunos gobiernos ignoran o minimizan los cuestionamientos, otros, como el mexicano, intentan impulsar una discusión franca, informada e incluyente.

También llama la atención que prácticamente nadie cuestionó a aquellos países que habiendo adoptado de manera unilateral nuevas políticas, pretenden que ello no impacte la eficacia y fortaleza de una estrategia que para combatir un fenómeno que no respeta fronteras, para ser eficaz, debe de ser global. Pero lo más preocupante es que la mayoría se limitó a repetir el mismo discurso de años anteriores, un discurso acuñado en los setentas, como si el tiempo no hubiera pasado; como si las redes de los cárteles de la droga no se hubieran expandido o los crímenes como asesinato, secuestro, extorsión, tráfico de armas y trata de personas no se hubieran multiplicado por su asociación al narcotráfico; como si no hubieran surgido casi a granel nuevas drogas sintéticas capaces de matar al ser usadas en pocas ocasiones; como si la realidad no nos hubiera sobrepasado.

La Declaración Política que se adoptó lejos está de reflejar la coyuntura en la que nos encontramos y, más allá de un párrafo que México logró insertar con gran dificultad, no habla de dichas realidades, ni de las consecuencias de las políticas de legalización o despenalización adoptadas, especialmente en Estados Unidos y América Latina. En el párrafo aludido, apenas se reconoce la necesidad de que los Estados discutan y reconozcan estas nuevas circunstancias.

No era de...

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