Dos años de la Guardia Nacional. Poder creciente y sin controles

AutorGloria Leticia Díaz

Sin efectivos controles internos ni externos, la Guardia Nacional (GN) cumplió dos años de existencia conservando las prácticas de abusos de las Fuerzas Armadas, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador anuncia una reforma constitucional para que la agrupación forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo que "culminaría una abdicación del poder civil ante el militar", alerta el informe Poder Militar. La Guardia Nacional y los riesgos del renovado protagonismo castrense, elaborado por el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).

En más de 300 páginas -resultado de múltiples solicitudes de información a distintas dependencias- esta organización civil que desde hace tres décadas ha representado a víctimas de abusos militares y policiacos, confirma cómo ha ido cobrando fuerza el poder castrense en el país, acentuándose la militarización durante el gobierno de López Obrador, quien, como político opositor, fue un duro crítico de la estrategia de seguridad pública militarizada de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, misma que se comprometió a revertir durante su campaña por la presidencia en 2018.

"Tenemos una militarización que se ha agudizado a partir de al menos 10 cambios legales muy profundos y duraderos por su propia naturaleza, y sin duda alguna el Ejército obtuvo el marco legal que buscó en los sexenios de Calderón y de Peña", advierte Santiago Aguirre Espinosa, director del Centro Prodh, tras urgir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a definir de una vez por todas la constitucionalidad de cuatro leyes secundarias impugnadas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), durante la gestión de Luis Raúl González Pérez.

Publicado en el contexto del segundo aniversario de la creación de la GN, el informe del Centro Prodh da cuenta de la falta de controles considerados en la reforma constitucional que le dio vida.

"Vemos mucha complacencia con la profundización de la militarización, mientras que los controles no están funcionando como deberían, los externos y preexistentes como la CNDH y la Fiscalía General de la República (FGR) tienen una complacencia excesiva con las Fuerzas Armadas; los controles externos específicos que se crearon con la GN, como la supervisión parlamentaria por parte del Senado, no están siendo exhaustivos, tanto así que el informe de la GN de 2020 no se ha presentado; mientras que los controles internos, que es la Unidad de Asuntos Internos, están en manos de personajes con antecedentes muy preocupantes en materia de derechos humanos, lo que implica que no van a funcionar adecuadamente", resalta Aguirre...

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