Ese dolor vespertino

AutorMaría Fernanda Torres

El problema de las várices no es exclusivo de las mujeres, también los hombres las sufren, y no precisamente en las piernas.

Ellos pueden sufrir varicocele, una dilatación anormal de las venas que se encargan de drenar la sangre del testículo.

"Generalmente es causado por anomalías en la pared de las venas que conforman el cordón espermático", explica el urólogo Eduardo Garza Morales.

Esta irregularidad en el plexo pampiniforme (red de venas testiculares) impide que la sangre fluya apropiadamente y quede retenida, provocando inflamación y dilatación de las venas.

"Sigue la misma fisiopatología de las várices de las piernas, pero en las venas testiculares", señala, por su parte, el urólogo José Guadalupe Leal Quintanilla.

"Como la sangre se 'estanca' provoca dolor, congestión e infertilidad".

Las causas que producen el varicocele son inciertas, pero la más acertada se refiere a la ausencia de válvulas, lo que causa dilatación en las venas y, por consiguiente, la aparición de la enfermedad.

"Es un problema muy frecuente, afecta de un 15 a un 20 por ciento de la población en general, principalmente jóvenes, entre los 13 y los 30 años de edad", indica el especialista.

Con frecuencia, el varicocele aparece en el testículo izquierdo y suele ser asintomático.

Sin embargo, en etapa avanzada las principales manifestaciones son dolor intenso y punzante en el escroto, sensación de pesantez en el testículo y presencia de venas dilatadas.

"En la mañana el paciente amanece bien porque está acostado, pero cuando se levanta, la sangre baja y empieza a estancarse", menciona Leal Quintanilla.

Ya durante el día se manifiesta la incomodidad, caracterizada por un dolor vespertino.

Detección y tratamiento

Existen tres grados de varicocele según su intensidad.

El grado uno no es visible, pero se palpa en maniobras de esfuerzo. Para detectarlo es necesario una exploración física, durante la cual es importante que el paciente se mantenga de pie para aumentar la presión venosa y provocar la dilatación de las venas.

"Por lo general es un hallazgo, el paciente acude al especialista por razones como dolor testicular, infertilidad o porque palpó algo extraño en su testículo", indica Garza Morales.

De aquí la importancia de la autoexploración frecuente y de acudir anualmente a una revisión con el especialista.

En el grado dos, las venas se palpan fácilmente al revisar al paciente en posición de pie, sin necesidad de maniobras de esfuerzo. Mientras que en el grado tres se...

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