Discriminación racial: allá por el inglés y aquí por el español

AutorJosé E. Iturriaga
Páginas83-100
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Con frecuencia se da como sabido y averiguado que la discriminación ra-
cial es mayor en Estados Unidos que en México. Así lo fue durante largo
tiempo, quizá hasta el segundo tercio del siglo XX. Pero a partir del último
tercio de dicho siglo hasta hoy día, el proceso antidiscriminatorio en Esta-
dos Unidos va cobrando mayor evidencia. Veamos los antecedentes de
dicho proceso.
En 1804, el gobierno de Thomas Jefferson prohibió la importación de
esclavos —aunque no impidió su contrabando—, lo cual permitió que la
población de africanos y sus descendientes crecieran de todos modos a un
ritmo más lento que el de las copiosas parejas blancas de inmigrantes,
porque llegaban en mayor número que los esclavos negros.
La verdad es que el trabajo realizado por los esclavos fue tan produc-
tivo que, sumado al de los colonizadores británicos y europeos con familias
de 10 hijos en promedio, modernizaron el sector agropecuario económico de
las colonias novoinglesas.
No obstante el haber alcanzado su independencia las Trece Colonias
en 1783, en el texto del Acta de Independencia de 1786 no se otorgó la li-
bertad a la población negra sino que todavía se mantuvo la esclavitud du-
rante tres cuartos de siglo más, aun cuando Jefferson prohibió en 1804
—como ya se dijo— la importación de esclavos.
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Recuérdese que de quienes firmaron el Acta de Independencia,
todos, excepto Thomas Jefferson,19 poseían esclavos, incluso George
Washington, quien al terminar su segundo mandato presidencial en
1797 se retiró a Maryland a cultivar su latifundio, ayudado por sus es-
clavos negros.
Es adecuado consignar aquí cómo fue creciendo la población africana
en las colonias desde 1630. En este año moraban en ellas 4,586 blancos y
60 africanos;20 20 años después, en 1650, sus habitantes blancos llegaban
a 49 mil y al 1,600 los de ascendencia africana.
En 1670, en tales colonias habitaban 107 mil blancos y 5 mil de origen
africano.
Dos decenios después, en 1690, en las colonias habitaban 194 mil blan-
cos y 17 mil de origen africano.
En 1710, en las citadas colonias, moraban 287 mil blancos y 45 mil de
origen africano, casi una sexta parte de la población total.21
En 1730, habitaban en ellas 538 mil blancos y 91 mil de origen africano.
En 1750 ya moraban en las colonias 934 mil blancos y 236 mil de origen
africano, una cuarta parte del total.
Cuatro decenios después, en 1790, cuando se levanta el Primer Censo
de la Población de Estados Unidos, ya como país autónomo —a los siete
años de la victoria militar de Washington—, los habitantes blancos eran
3’200,000 y los de origen africano eran 700 mil, es decir, algo menos de una
quinta parte de blancos.22
19Se decía o se sabía que Jefferson había creado una familia con una descendiente de
africanos.
20Ángela Moyano Pahissa, Jesús Velasco Márquez y Ana Rosa Suárez Argüello, EUA.
Síntesis de su historia, t. I, México, Instituto Mora, Alianza Editorial Mexicana, 1988, p. 110.
21Cabe advertir que los pobladores aborígenes asentados en lo que más tarde fue
Norteamérica se calcularon en 800 mil del Atlántico norte a la vertiente oriental de los
Apalaches, que ve hacia el mismo Atlántico, en tanto que de la vertiente occidental de dicho
sistema montañoso hasta el litoral del Pacífico, los cálculos de los expertos fijan la población
aborigen en un millón y medio.
22En tanto que los indios libres llegaban a 59 mil, a éstos casi los habían extinguido los
ingleses hasta quedar ahora reducidos a una cifra de reliquia de museo etnológico.

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