Dice adiós el primer cazador de exoplanetas

Carmina de la Luz

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 1 (EL UNIVERSAL).- Los astrónomos dedicados al estudio de exoplanetas recordarán al Telescopio Espacial Kepler del mismo modo que cada uno de nosotros recuerda a su primer amor: como la puerta a un universo inexplorado. El poderoso instrumento fue retirado a finales del mes de octubre, dejando un legado de más de nueve años de trabajo y un extenso conteo de mundos que solo creíamos posibles en la ciencia ficción.

¿Estamos solos?

"Kepler es como el primer amor de los que trabajamos con exoplanetas", dice el astrónomo mexicano Luis Welbanks Camarena, en entrevista para "Tangible" de EL UNIVERSAL desde Cambridge, Inglaterra, donde actualmente realiza su doctorado caracterizando atmósferas de exoplanetas.

El científico tiene razón, gracias a este instrumento, lanzado en 2009, se confirmó la existencia de 2 mil 662 planetas girando alrededor de estrellas distintas al Sol, exoplanetas que podrían incluso albergar vida. Así, esta misión de la NASA contribuyó a dar nuevas pistas sobre uno de los antiguos y más románticos sueños de la humanidad: saber de dónde venimos, a dónde vamos y si realmente estamos solos en el Universo.

El Kepler no pudo haber recibido mejor nombre, pues honra a uno de los mayores astrónomos de la historia, el alemán Johannes Kepler (1571-1630), descubridor de las tres leyes que describen matemáticamente el movimiento de los planetas alrededor del Sol. La odisea de este telescopio espacial comenzó mucho antes de su lanzamiento y puesta en órbita; en realidad, inició con el conocimiento científico sobre los orígenes y evolución de nuestra propia casa, el Sistema Solar.

Esta es la base sobre la cual astrónomos y literatos imaginaron otros mundos, algunos similares a la Tierra o a Júpiter, y otros totalmente fuera de lo conocido.

Sin embargo, la ciencia siempre va más allá de la creación; busca demostrar, comprobar y evidenciar lo que antes tan solo suponía.

Un vigilante en el cielo

Previo a contar con un nombre, el Telescopio Espacial Kepler ya existía como una idea concebida a principios de los ochenta por el científico espacial William J. Borucki, quien posteriormente se convirtió en el investigador principal de la misión. En aquel momento, Borucki estaba dedicado a estudiar las ventajas de un método llamado "fotometría de tránsito" para la búsqueda de planetas similares a la Tierra en los aún hipotéticos sistemas planetarios.

La fotometría de tránsito es una de las principales...

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