Un diccionario con antecedentes penales

AutorBeatriz de León

FOTO: CARLOS FIGUEROA

Apiquete derecho y sin comadreo, este libro tiene antecedentes penales: todo su contenido salió de la cana.

Editada por Producciones El Salario del Miedo, esta obra dual o de dos caras, que reúne el Diccionario del hampa, de R. Amor, y El Canerousse, de J.L. Franco, es una recopilación histórica y testimonial sobre las culturas que florecen alrededor de lo proscrito.

La obra, con prólogo de Sergio González Rodríguez, recupera un lenguaje carcelario que se mueve hoy en libertad, que sale a la calle, se cuela en la literatura y el cine; incluso, sorprende al lector toparse con palabras de uso ya cotidiano, expresiones nacidas en los bajos fondos y que han superado su pasado delincuencial: poner un cuatro, apalabrar, arreglo, banda, descontón, chueco...

"Si lo capeaste, ya estás en la transa", menciona el escritor Alejandro Montes en el texto de presentación.

J.M. Servín, el editor del libro, lo describe como un glosario de caló de los bajos fondos urbanos y carcelarios, que ofrece una confrontación o encuentro de dos épocas, pues la versión original de Amor data de 1947, mientras que Franco recopiló el habla del Reclusorio Norte ya en el siglo XXI para realizar El Canerousse (de cana-cárcel y Larousse).

En los años 40, el editor original de R. Amor veía en el texto un servicio a la comunidad: "No se trata, pues, de una morbosa propaganda del hampa, sino de un servicio que ofrecemos a la sociedad. Y no sólo a ella sino a las mismas policías de vigilancia e investigación".

Y, tomando esa idea con un poco de humor e ironía, Servín asegura que para él es exactamente lo mismo.

-Para entender, para estar conectados con un caló que ya no sólo obedece a la cultura de los bajos fondos, del hampa, sino que se ha insertado en el habla popular. A la vez, es un compendio para saber de dónde vienen expresiones o modismos que hoy usamos-, explica.

Incluso, señala, películas como Nosotros los pobres están llenas de un caló que tiene su origen en el hampa o en los ambientes carcelarios, palabras que se han integrado al lenguaje común.

En un país con una historia social como la de México, con una fuerte carga criminal o con una cultura de la ilegalidad, esto resulta comprensible, obvio e, incluso, normal, agrega.

La idea, desde un principio, fue recuperar un habla popular que muchas veces no tiene registro impreso. Y entendiéndolo como el poder de lo legal contra lo ilegal, las normatividades y los reglamentarismos contra todo aquello que...

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