Un día negro

AutorJorge Jair Meléndez

Es tiempo de cerrar las heridas, aunque ésta parece aún sangrar después de 20 años...

Liverpool y Juventus se ven las caras en el arranque de los Cuartos de Final de la Liga de Campeones, y pese a la importancia del duelo deportivo, el fantasma de la tragedia que ensombreció el último duelo entre ambos hace ya dos décadas, está presente.

El 29 de mayo de 1985, una hora y media antes de la Final de la Copa de Europa entre Liverpool y Juventus, el Estadio de Heysel, en Bruselas, Bélgica, se convirtió en un templo de odio y muerte en tiempos en que el hooliganismo azotaba Europa. 39 personas perdieron la vida aplastadas, pisoteadas y golpeadas por una avalancha de enardecidos hinchas británicos.

La historia, sin embargo, se comenzó a escribir un año antes, cuando Liverpool jugó la Final de la Copa Europea en el Estadio Olímpico ante la Roma. En 1984, los italianos cazaron y humillaron a la afición roja que vio en Heysel la oportunidad de cobrarse venganza.

El gran error de la organización de destinar la tribuna contigua a la zona de los hooligans más radicales para aficionados locales fue la semilla del caos, ya que muchos de estos boletos fueron a parar a manos de italianos que no querían estar con los grupos organizados de la Juve. Muchos de estos bianconeri comenzaron a arrojar piedras a los ingleses, reviviendo el trauma de Roma.

Los hooligans, enloquecidos por el recuerdo y por la gran cantidad de alcohol que tenían dentro, barrieron con una ridícula malla improvisada por los organizadores, y se fueron encima de miles de inocentes que sirvieron de pantalla para los italianos que agredieron primero. Cientos buscaron escapatoria, pero por un lado se toparon con una malla que antes de ese día no estaba y que separaba la tribuna de la pista olímpica y por el otro encontraron un muro de tres metros que fue una trampa mortal.

Algunos lograron treparlo y escapar, pero la mayoría al tratar de seguir esta ruta, quedó prensada entre los ladrillos y el mar de gente que se le venía encima. Finalmente, el muro del viejo estadio, edificado en 1920, se derrumbó y provocó la mayor parte de las muertes.

Diez minutos de infierno se vivieron en la llamada Zona "Z"; después, un manto de ropas desgarradas, zapatos y cuerpos fue lo que quedó.

Una hora después, la bronca que se trasladó a la cancha fue calmada por el ejército, que llegó muy tarde, y la UEFA y las autoridades de...

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