Destrucción en la Ruta de los Conventos

Abida Ventura, enviadaTLAYACAPAN, Mor., septiembre 29 (EL UNIVERSAL).- En este Pueblo Mágico, San Juan Bautista se quedó solo, predicando en un desierto de escombros. Como un milagro, el santo patrono del convento franciscano que engalanaba el centro de este poblado fue el único que se mantuvo de pie en el altar principal del recinto religioso durante el sismo del 19 de septiembre que provocó daños en los 14 monasterios del siglo XVI que se ubican en las faldas del Popocatépetl (entre Morelos y Puebla), y que conforman la llamada Ruta de los Conventos, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Desde su nicho destrozado, el santo parece mirar con asombro el desastre que ese sismo de 7. 1 grados dejó en la nave principal del templo: severas grietas y un hoyo en el techo, unas 25 bancas sepultadas por los fragmentos que se cayeron de la cubierta, piedras por todo el piso, una cruz de madera rota; nichos, imágenes y pintura mural fragmentadas.

En el exterior, el campanario se fracturó, dos campanas se colapsaron, una cayó sobre la bóveda, otra fue a dar a la explanada; los cristales de una ventana se hicieron pedazos; la fachada luce una grieta de arriba a abajo. "Tenemos una situación muy delicada. Todo el conjunto conventual sufrió severos daños estructurales? En el altar principal estaban San Nicolás Tolentino, San Guillermo y el Cristo principal, solo quedó San Juan Bautista, el patrono", dice a EL UNIVERSAL el padre Heriberto Arias Arau.

Sentado bajo la carpa de la capilla que desde la semana pasada improvisaron al aire libre y que también sirve como centro de acopio en el patio del Convento de San Juan Bautista, el párroco de este recinto religioso relata el momento en que los movimientos del temblor hicieron retumbar los muros del monasterio, uno de los 11 con los que cuenta Morelos en la Ruta de los Conventos ?los otros tres están en Puebla?: "La secretaria corrió por la puerta de atrás y logró salir a la calle. Dos personas que me ayudan y yo estábamos en el segundo nivel del claustro, pero cuando oímos todo, decidimos no bajar porque era ponernos en riesgo, esperamos a que pasara". En las calles, "la gente lloraba porque se les cayeron las iglesias, mucha gente está como no queriendo aceptar que esto haya sido real", añade. En todo el pueblo, ningún campanario de las iglesias o capillas está de pie.

"Lamentablemente todo nuestro patrimonio cultural que nos identifica está derruido, contábamos con 18 capillas en pie y...

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