Despunta México

AutorAlan Miranda

Durante 2014, la industria aeroespacial en México aumentó su facturación en 18 por ciento, al pasar de 5 mil 400 a 6 mil 400 millones de dólares, de acuerdo con la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia).

Para 2020, esta cifra prácticamente se duplicará, para alcanzar 12 mil millones de dólares, y el sector empleará a 110 mil personas en todo el País, 65 mil adicionales a los que existen actualmente.

México será entonces el décimo productor mundial de componentes aeroespaciales, un avance de cuatro lugares respecto a su situación actual.

Sin embargo, hace 10 años, las exportaciones del País apenas llegaban a mil 674 millones de dólares, lo que demuestra que el crecimiento ha sido exponencial.

"Lo que México ha logrado en los últimos 10 años no tiene precedente", expresó Luc Beaudoin, director de la consultora canadiense Aeroshores, especializada en ayudar a empresas del sector a establecerse en México.

Países europeos y estadounidenses tardaron varias décadas en construir una industria aeroespacial como la del tamaño de la mexicana hoy en día, detalló.

Esto se debió a varios factores, tanto internos como externos, que actuaron juntos en el momento preciso.

El especialista explicó que México no es un sitio natural para esta industria, porque no compra grandes cantidades de armamento ni ha desarrollado su propia industria militar en las últimas décadas, además de que la demanda de aeronaves civiles es pequeña en comparación con otros mercados.

Sin embargo, a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, el País comenzó a atraer a muchas empresas del ramo automotriz, tanto armadoras como a sus proveedores.

Esto le dio confianza a los fabricantes de aeronaves y sus proveedores.

Simultáneamente, las compañías europeas del sector estaban en una crisis por el tipo de cambio entre el dólar y el euro, debido a que la moneda de la Unión Europea se estaba apreciando demasiado, mientras que sus ventas todavía se registraban en dólares.

Esto encarecía sus costos en países como Francia y Alemania, por lo que los fabricantes comenzaron a explorar opciones para que sus costos estuvieran también en dólares.

México fue una buena opción, porque el peso está fuertemente ligado al dólar, además de que ofrecía desde entonces costos laborales más bajos que Europa y que Estados Unidos.

En aquel entonces, también comenzaba a fracturarse el duopolio de fabricantes aeroespaciales de Boeing...

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