Y Después de la Fiesta de Navidad

AutorJavier Peralta

Pachuca/Hidalgo

A las cinco de la tarde el frío se hizo presente en la ciudad y encerró a la gente que por momentos decidió asomarse a las tiendas, al bosque, a las calles del centro.

Con temperaturas apenas arriba de los cero grados vino el sueño para algunos y, para otros, la oportunidad de seguirla.

En la presa de El Cedral, rumbo a Mineral del Chico por la carretera vieja, familias navideñas, una buena parte proveniente del Distrito Federal, respiraban casi al unísono el aire, miraban el agua, estiraban las piernas y sacrificaban a los Dioses las últimas cervezas "Nochebuena" que sobraron.

José Hernández Pérez, trabajador burócrata, habitante de la colonia Casas Alemán de la capital del país, brindó con su compadre Arnulfo José Salomón, puso las últimas gotas del ron Bacardy soler especial en el vaso desechable y refunfuñó: "este frío es imposible, ni arrancar motores puede uno".

¿Y cómo vio el aumento al mínimo?, se le pregunta. "Cuál, cuándo o dónde a ver a ver, eso si no sabía. Mira Arnulfo que dicen que le subieron al mínimo", comenta en tono jocoso, alegre pese a todo, y desinteresado en lo que califica como "el mundo del diario del que no quiero saber nada...

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