Después de 16 años, la NASA descubre gran enigma estelar

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 19 (EL UNIVERSAL).- Un nuevo estudio de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) descifró el misterio de una nebulosa detectada hace 16 años, la cual parece tener sus orígenes en el choque de dos estrellas que se fusionaron para formar un esferoide luminoso, único en su tipo.

Las investigaciones en torno a este objeto, diferente a todos los que se habían reconocido en la Vía Láctea, comenzaron en el 2004, desde el Explorador de la Galaxia (GALEX) con base en el espacio, diseñado para estudiar la historia de la formación de estrellas.

Los científicos se percataron de la presencia de una gota de gas grande y débil con una estrella en su centro. Entre todo, se destacaba una mancha azul provocada por un anillo grueso localizado dentro de ella, fue así que la identificaron como la "Nebulosa del Anillo Azul".

Pese a que las imágenes capturas por GALEX mostraban ese halo azulado, en realidad no emite luz visible para el ojo humano, por lo que los expertos se dedicaron a estudiarla con múltiples medios, desde telescopios terrestres hasta espaciales, "pero cuanto más aprendían, más misterioso parecía".

A lo largo de más de una década, los especialistas recurrieron a modelos teóricos de vanguardia en los que aplicaron la gran cantidad de datos que recopilaron con el tiempo. Como resultado, el estudio fue publicado en "Nature", el cual reveló la composición de la Nebulosa del Anillo Azul.

Los investigadores de la NASA expusieron que pese a que los sistemas estelares fusionados son muy comunes, su estudio requiere de un tiempo prolongado después de su formación. Eso se debe a que en el momento de su origen se encuentran oscurecidos por los escombros que provocó la colisión y más tarde se convierten en difíciles de identificar porque tienen un gran parecido con las estrellas no fusionadas.

A pesar del parecido entre los sistemas estelares, los estudiosos diferenciaron que la nebulosa tenía una estrella viviente en su centro, además notaron que esta no irradiaba luz, lo que la distinguió de otro tipo de remanentes de supernova y nebulosas planetarias.

A un par de años de haber dado inicio los trabajos de investigación en GALEX, encontraron evidencia de una onda de choque en la nebulosa, lo que sugiere que el gas que la compone fue expulsada por un evento violento alrededor de la estrella central.

"Durante bastante tiempo pensamos que tal vez había un planeta varias veces la masa de Júpiter siendo...

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