'Desnudan' La Castañeda

AutorÉrika P. Buzio

Durante la Revolución, Alberto Nicolat recorría el País diciendo ser el Mesías, enviado por la Virgen María para pregonar la paz. El famoso ladrón que se hacía pasar por cleptómano, fue capturado en agosto de 1918.

Cuando los médicos examinaron su comportamiento y declaraciones, el juez del caso lo remitió al Manicomio General de La Castañeda, donde ingresó al pabellón de locos "peligrosos".

"Nicolat fue el primer caso de paranoia documentada (en México)", refiere el historiador Andrés Ríos Molina. Terminó sus días en la calle, vendiendo droga.

Desde su inauguración el 1 de septiembre de 1910 por Porfirio Díaz hasta su clausura en 1968, ingresaron a La Castañeda más de 60 mil pacientes.

Bajo la etiqueta de "locos" fueron encerrados epilépticos, alcohólicos, fumadores de opio, peleadores callejeros, ancianos dementes, niños indigentes y mujeres que no se comportaban según el "canon porfiriano".

También hubo cuerdos que se hicieron pasar por locos: abundan los reportajes de periodistas que ingresaron para relatar los "atropellos" en la institución.

De la historia de La Castañeda, proyectado bajo los preceptos del reformador de la arquitectura siquiátrica en Francia, Jean Etienne Esquirol, se suele hablar del edificio y los médicos pero soslayando a los enfermos: "Sin locos no hay siquiatría", zanja Ríos.

El académico de la UNAM recupera el protagonismo de los pacientes en la muestra "La Castañeda. Imágenes de la locura cien años después", que abrirá el 5 de agosto en el Museo Archivo de la Fotografía (MAF) como parte de los festejos del 2010 de la Secretaría de Cultura, con el apoyo del Instituto de Investigaciones Históricas, la Fototeca del INAH y los Laboratorios Psicofarma.

Por primera vez, se exhibirán cartas y dibujos de los pacientes, libros de registro y diagnósticos, procedentes del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud.

"Un concepto central de la exposición es contrastar la grandeza del edificio, que fue el gran proyecto del porfiriato para celebrar el Centenario de la Independencia, con su abandono años después, (sumido) en una crisis abismal", dice el curador.

Los primeros pacientes provenían del Hospital para Dementes de San Hipólito, para varones, y del Hospital del Divino Salvador, para mujeres, ambos fundados en la Colonia y clausurados cuando abrió La Castañeda.

En esa época, ni había siquiatras en México: "De entrada era motivar a los médicos para que se interesaran en la psiquiatría".

La primera década de La...

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