Los Derechos Humanos no son privilegios individuales

AutorGerardo Pérez Silva
Páginas35-36
Centro de Estudios 35
Corruptio optimi quae est pessima
(“La corrupción de los mejor es lo
peor”), decía el traductor de la Biblia
a la Vulgata latina, Jerónimo en el
siglo IV. Más tarde Shakespeare, en
su soneto 94, lo dirá de una mane-
ra poética: “Porque hasta las cosas
más dulces se vuelven amargas en
sus frutos;/ las lilas que se pudren
huelen peor que las malas hierbas”.
Nada es peor que la corrupción de
lo mejor, nada es más devastador
que corromper los logros que el
hombre ha realizado para sí y para
el bien común como es el caso de
los derechos humanos.
Creer en los derechos humanos
es creer en lo mejor que hay en el
hombre, en su ser digno, en ese ins-
tante precioso que es el pensamien-
to y en su capacidad de acción. Te-
ner conciencia de ello, además, es
saber que las violaciones y los abu-
sos constantes a la persona huma-
na es, como diría Gandhi, un cri-
men contra la humanidad. Porque
los derechos humanos no son pri-
vilegios individuales, éstos no son
los derechos de un individuo, de un
pueblo, de un continente, son los
derechos de los habitantes de todos
los confi nes de la tierra y de todos
los tiempos. Ni mucho menos son
artifi cios ni refractarios de cierto
sistema político o de cierto grupo
particular. Los derechos humanos
no nacen de una declaración posi-
tiva, sino que son un constitutivo
esencial de la conciencia de todos
los hombres.
Sin embargo,
el error más frecuente
cuando se trata de derechos huma-
nos, es creer que éstos son privile-
gios míos, que son deseos subjetivos
y particulares, además, se tiende a
confundir los derechos con los inte-
reses propios, pues muchas veces se
usan como excusa para exigir algo a
otros. Cada vez más, llamamos de-
rechos inviolables a lo que no son
más que deseos particulares. Un
ejemplo: lo que llamamos derechos
de propiedad no es en muchos ca-
sos más que el deseo avaricioso de
los más ricos, y así otras tantas con-
fusiones, que más bien son corrup-
ciones de lo evidente que reside en
los derechos humanos.
Otra situación, hacer de los dere-
chos humanos privilegios o deseos
es apropiarse de lo que le pertene-
ce a todo ser humano, más aún,
es valerse de ellos para dominar y
explotar a aquellos, como al pobre,
al oprimido, al excluido, al margi-
LOS DERECHOS HUM ANO S
NO SON PRIV ILEGIOS INDIV IDUA LES
Gerardo Pérez Silva

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