Los Derechos Humanos y la apelación a la conciencia pública
Autor | Gerardo Pérez Silva |
Páginas | 9-10 |
Centro de Estudios 9
LOS DERECHOS HUM ANO S Y LA APELACIÓ N
A LA CON CI ENCIA PÚBLICA
Gerardo Pérez Silva
Nos proponemos decir lo que quizá
no se tiene la costumbre de escu-
char, lo que quizá no se ha esperado
oír. No traemos luces deslumbran-
tes ni escapatorias indulgentes, ni
mucho menos expresiones dema-
gógicas que se suicidan sin haber
vivido. Nuestras palabras se aho-
rran la refl exión fatídica y la pesa-
dumbre de la noche de los tiempos,
porque dentro de ellas se presenta
una perpetua inquietud que, aun-
que cimentada en bases modestas,
busca el prodigio de la palabra que
no es otra cosa más que la de des-
pertar las conciencias dormidas y
los espíritus cautivos.
Nuestra intención se dirige hacia
aquellos lectores; personas que no
se resignan ante las injusticias y
violaciones que se cometen contra
la dignidad y los derechos funda-
mentales de los hombres y mujeres,
niños y ancianos. Si no tuviéramos
nada qué decir, o qué denunciar, en
vano el llamado a estas personas,
porque la verdadera traición es se-
guir el mundo como va y emplear el
espíritu en justifi carlo. La desgracia
del mundo de hoy y de nuestra so-
ciedad presente, es que nunca ha
sido tan difícil como ahora el dis-
tinguir entre los constructores y los
destructores, los luchadores y los
pesimistas, los líderes y los farsan-
tes, la noche y el día, nunca como
hoy se abusa de las decepciones y
de las esperanzas de una sociedad
que duda de sí misma y de su futu-
ro. Un hombre o una mujer indife-
rente ante nuestra situación actual,
ante los problemas que los aquejan,
es un hombre y una mujer a menu-
do resignados en la lejanía y en el
resguardo de una sociedad gober-
nada por la indiferencia, la evasión
y el espectáculo de lo superfi cial,
apartándose de los otros para rei-
vindicarse en sus propios intere-
ses. Una sociedad se juzga por sus
virtudes, no se juzga por la masa.
¿Esto no es una gran desgracia?
En fi n, se habla hoy en día mucho
sobre los derechos humanos; hasta
se han vuelto moda, pero muchas
veces sin contenido en los discur-
sos políticos, sociales y cultura-
les, sin embargo, no deja de ser
preocupante que en los hechos y
en la realidad social parecen au-
sentes, como si su presencia fuera
más bien ausencia. Siendo fi eles a
la letra han olvidado y opacado su
espíritu. Los derechos humanos día
a día son pisoteados, degradados y
vulnerados, y parece ser que no-
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba