El derecho al deporte como medio para prevenir la violencia
| Autor | Ana Reynoso Landerreche - Manuel Jorge Carreón Perea |
| Páginas | 67-89 |
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ANA REYNOSO LANDERRECHE MANUEL JORGE CARREÓN PEREA
Resumen El deporte ha sido reconocido a través de los siglos como fuente de importantes beneficios no sólo físicos y mentales, sino también para el ámbito social de la persona. La historia nos aporta innumerables ejemplos de momentos claves en los que el deporte ha sido utilizado como un mecanismo de unión, colaboración y perdón para los pueblos. Con este panorama en mente, el presente artículo busca analizar al deporte como un derecho humano fundamental, como ha sido reconocido en instrumentos legales nacionales e internacionales, y destaca su relevancia en la construcción de políticas públicas efectivas por parte del Estado, para ale-jar a los jóvenes de la violencia.
Abstract The sport has been recognized through the cen-turies as source of important benefits not only physical and mental but also for the field social of it person. History pro-vides us with many examples of key moments fin which the sport has been used as a mechanism of unity, cooperation and forgiveness for peoples. With this background fin mind, this article will analyze sport as a fundamental human right, as it has been recognized fin national and international legal instruments, and highlights its relevance fin the construction of effective public policies by the State, to keep young people from violence.
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Sumario
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Introducción; II. El deporte como medio para prevenir la violencia entre los jóvenes; III. Conclusión; IV. Bibliografía.
El deporte, como conducta humana y cultural, históricamente ha tenido un papel fundamental para el desarrollo de la vida de las personas, así como de la sociedad misma, teniendo diversas manifestaciones que van desde la práctica de una actividad física con fines recreativos, hasta el establecimiento de competiciones nacionales, continentales e internacionales que tienen como objetivo principal el consolidar los lazos de cooperación y fraternidad entre los Estados, siendo un ejemplo arquetípico los Juegos Olímpicos, tanto de verano como invierno.
En este sentido y retomando el punto sobre los Juegos Olímpicos, en la antigua Grecia estos juegos tenían una doble naturaleza: por una parte guardaban un fin religioso y por ende se constituían como un medio de celebración de todas las polis (Ciudades-Estado) a una divinidad común; y por el otro, implicaban un cese a las hostilidades armadas entre ellas, manteniendo de esta forma una paz temporal en la cual las disputas se dirimían a través de medios no violentos sino deportivos.
En este mismo contexto, es importante señalar que para los griegos resultaba fundamental el poder conciliar el cultivo y desarrollo del cuerpo, así como de la mente, considerando la doble naturaleza que guarda la persona; esto era particularmente relevante para Platón, el cual en su obra La República (aun cuando otorgaba un mayor peso al desarrollo del alma) nos menciona que:
En cuanto a la gimnasia misma y a los esfuerzos que requiere, los llevará a cabo dirigiendo la mirada hacia el lado fogoso de su naturaleza, de modo de estimularlo; y no hacia la fuerza física, como hacen los demás atletas, que administran sus comidas y ejercicios en vista al vigor muscular (…) los que han instituido la educación por medio de la música y de la gimnasia no lo han hecho, como algunos
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creen, para cuidar por medio de ésta al cuerpo y por medio de aquélla al alma (…) Es probable que hayan instituido ambas formas de educación para cuidar al alma.1 Como puede advertirse, para Platón resulta fundamental el consolidar una educación tendiente no sólo a maximizar las capacidades del alma, como puede hacerse por la música, la literatura u otras disciplinas similares, sino también resulta fundamental para el desarrollo armónico de la persona, ya que el ejercicio a través de actividades específicas generan un mayor desenvolvimiento de la naturaleza humana.
Ahora bien, el papel del deporte en el mundo contemporáneo no es menor ya que se inscribe como una de las actividades de la vida humana a través de la cual la persona se realiza y desarrolla de manera plena, desde la perspectiva de esparcimiento, de espectáculo e, incluso, como forma y medio de vida; asimismo, y retomando un pensamiento de Nelson Mandela,
El deporte tiene el poder de cambiar el mundo… tiene el poder de inspirar. Tiene el poder de unir a la gente como pocas cosas lo tienen. El deporte puede crear esperanza donde alguna vez hubo sólo desesperanza. Les habla a los jóvenes en un lenguaje que ellos entienden. Es más poderoso que el gobierno para romper barreras raciales. Se ríe frente a cualquier acto de discriminación.
La frase anterior no es menor, ya que el deporte se constituyó como una herramienta decisiva que Nelson Mandela, como primer presidente no caucásico de su nación, empleó para unificar y eliminar el apartheid —serie de prácticas, leyes e instituciones que se suscitan en un determinado contexto en detrimento de una raza determinada—, el cual a su vez es considerado como un crimen por la comunidad internacional si consideramos lo dispuesto por la Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo de Apartheid, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas del 30 de noviembre de 1973.
En este orden de ideas, Mandela utilizó el deporte como un medio para lograr de manera pacífica la reconciliación nacional después de cuarenta años de guerra por segregación racial. Y si bien el deporte tuvo un uso político, se encontró encaminado a fomentar
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el perdón y unir a todo un país bajo el lema “un deporte, un país”; así, aumentó la armonía al mezclar el orgullo y la esperanza de un país que necesitaba desesperadamente reconciliación2 a través de un medio que de primer momento no parecía destinado para ello pero que, debido a su propia naturaleza, se pudo inscribir como parte de un símbolo de unidad y progreso, lo cual incluso ha sido llevado al cine en un ilme denominado Invictus, dando cuenta de lo sostenido con antelación.
Esta naturaleza múltiple del deporte (como entretenimiento, forma de vida, símbolo de unidad, entre otras), nos habla precisamente de la importancia que tiene en el mundo actual, siendo a su vez fundamental el señalar que incluso se constituye como un derecho humano que se encuentra reconocido en diversos instrumentos internacionales y en legislaciones nacionales; para sustentar lo anterior, veamos algunos ejemplos:
La Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte señala que:
1.1. Todo ser humano tiene el derecho fundamental de acceder a la educación física y al deporte, que son indispensables para el pleno desarrollo de su personalidad. El derecho a desarrollar las facultades físicas, intelectuales y morales por medio de la educación física y el deporte deberá garantizarse tanto dentro del marco del sistema educativo como en el de los demás aspectos de la vida social.
A su vez, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prevé en el último párrafo de su artículo cuarto que en todas las decisiones de las autoridades debe privilegiarse el interés superior de la infancia, siendo una vía para ello el deporte: “Toda persona tiene derecho a la cultura física y a la práctica del deporte. Corresponde al Estado su promoción, fomento y estímulo conforme a las leyes en la materia”. Por su parte, la Constitución Política de Colombia señala en su artículo 52 lo siguiente:
El ejercicio del deporte, sus manifestaciones recreativas, competitivas y autóctonas tienen como función la formación integral de las personas, preservar y desarrollar una mejor salud en el ser humano. El deporte y la recreación, forman parte de la
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educación y constituyen gasto público social. Se reconoce el derecho de todas las personas a la recreación, a la práctica del deporte y al aprovechamiento del tiempo libre. El Estado fomentará estas actividades e inspeccionará, vigilará y controlará las organizaciones deportivas y recreativas, cuya estructura y propiedad deberán ser democráticas.
Como puede apreciarse, existe en la legislación internacional y de diversos países, el reconocimiento explícito al derecho al deporte que, como hemos señalado con antelación, se constituye como un derecho fundamental,3 entendiendo a éstos como derechos esenciales, subjetivos e inalienables que tutelan libertades fundamentales, aseguran la igualdad y garantizan la satisfacción de mínimos necesarios para la vida digna, diferentes a las garantías, que se erigen como los mecanismos o instrumentos que permiten materializar los derechos.
En este orden de ideas, el deporte y la actividad física se enmarcan como un derecho necesario para asegurar la vida digna y el pleno desarrollo de las personas, en razón de las múltiples aristas que implica y que, a su vez, se relaciona con otros al ser un derecho marco o que engloba diferentes acepciones y realidades fácticas; asimismo, es importante señalar que en tanto derecho humano, existe un sujeto señalado como responsable de asegurar su ejercicio y exigencia, concepciones que son diferentes por las siguientes razones:
1) El ejercicio implica la materialización o ejecución del contenido del derecho por parte del titular de los mismos;
2) La exigencia implica la presencia de mecanismos que hagan factible el poder invocar la protección o restitución del derecho en caso de verse potencialmente vulnerado o afectado según corresponda.
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Con respecto al sujeto obligado, que siguiendo la doctrina especializada en la materia, es el Estado y sus agentes (servidores públicos), éste posee obligaciones específicas con respecto a los derechos humanos, y en el caso mexicano se vislumbran en el párrafo tercero del artículo 1º de la Constitución Federal, siendo las siguientes:
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Respetar: esta obligación implica que los integrantes de las instituciones estatales se...
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