Deja legado, industrial global

AutorMoisés Ramírez

MONTERREY.- Apenas el año pasado, Lorenzo Zambrano comentaba en corto que no pensaba retirarse, pues recién comenzaba a cosechar los frutos de la recuperación de Cemex, el coloso del cemento severamente castigado tras la crisis de 2008.

Sin embargo, ayer el presidente y director general de Cemex falleció en Madrid, España, a los 70 años de edad, durante una visita de trabajo donde revisaría las operaciones de la empresa en ese país, el cual aún enfrenta dificultades económicas.

Nacido en Monterrey, Zambrano hizo de su empresa una multinacional que fue creciendo alrededor del mundo con adquisiciones de tal magnitud que ninguna otra compañía mexicana se había atrevido en su momento.

Su gestión marcó a Cemex, al llevarla a figurar entre las 3 más grandes del mundo de insumos para la construcción. Se puso en los niveles de la francesa Lafarge y la suiza Holcim.

Fue la recesión económica de 2008 cuando a Cemex se le vino encima el mundo debido al fuerte apalancamiento que Zambrano tomó para hacer crecer a la compañía, algo que para algunos críticos representaba un error.

Una deuda de casi 18 mil millones de dólares, mercados desplomados todavía hasta 2011 y duras condiciones financieras de sus acreedores, fueron las principales anclas que jalaban al fondo a quien ya se había convertido en la tercera cementera más grande del planeta.

En septiembre de 2011 los mercados financieros castigaron también a la compañía, desplomando el valor de la acción a sus niveles más bajos históricos.

Por si eso no fuera poco, el contagio de los problemas económicos de Grecia sobre varios países de Europa -donde Cemex llegó a generar 23 por ciento de su flujo operativo- también pegó a la cementera. A ello se sumaría también un mercado estadounidense que no levantaba.

Sin embargo, también en septiembre de 2011 la compañía comenzó a implementar algunas acciones para recuperar el vuelo.

La más osada de sus operaciones fue la compra de Rinker en el 2007, justo antes de la crisis financiera mundial que estalló en septiembre del 2008 y la cual a la postre orilló a Cemex a reorganizarse para sobrevivir.

Procedió a la venta de activos y a la reestructuración de su deuda, acciones que ya daban grandes señales de levantar el rumbo de la cementera.

Antes de la compra -y de la crisis-, Cemex había logrado un máximo valor de capitalización de 26 mil 481 millones de dólares en diciembre del 2006.

Tras la debacle causada por la crisis inmobiliaria, su valor se redujo a sólo unos 2...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR