¿A quiénes defienden los organismos de Derechos Humanos? O el mito de que defiende delincuentes (Tercera de cuatro partes)
Autor | Magaly Hernández Alpizar |
Páginas | 29-30 |
Centro de Estudios 29
Dando continuidad a esta serie de
artículos que responden a la pre-
gunta inicial, retomaremos sólo las
ideas centrales de los dos anterio-
res a efecto de enlazarlos coheren-
temente con el presente.
En la primera parte se expuso el
origen del mito que refi ere que los
organismos públicos de derechos
humanos se desempeñan como
protectores o defensores de los
delincuentes, el cual, como se dijo,
ha sido difundido dolosamente por
quienes pretender socavar la auto-
ridad moral de estos organismos, a
fi n de que logrando desacreditarlos
públicamente, puedan continuar
con prácticas que atentan contra
los derechos inherentes al ser hu-
mano como la tortura, el retraso
injustifi cado, la negación o defi -
ciente calidad en la prestación del
servicio público, así como faltas
graves al orden procesal, entre mu-
chas otras.
En la segunda parte nos avocamos
a desmitifi car al delincuente, y con
ello, a la supuesta mala actuación
de las comisiones de derechos
humanos, a través de tres puntos
principales: en primer término
puntualizamos que la falta de res-
ponsabilidad social en la lucha con-
tra la delincuencia y la falta de su
colaboración activa en la solución,
es un factor que coadyuva para que
persista la propuesta de excluirlos y
descansar el problema únicamente
en las leyes e instituciones.
En segundo término, dijimos que
la defensa de los derechos ina-
lienables del ser humano no crea,
ni mucho menos permite la delin-
cuencia, sino que precisamente su
ignorancia y violación son los que
generan la delincuencia; por lo que,
fi nalmente y derivado de lo ante-
rior, concluimos que la primordial
labor de estos organismos protec-
tores de los derechos y libertades
elementales del individuo, consiste
únicamente en vigilar que se respe-
ten los límites y las garantías que
la norma ha fi jado en benefi cio de
todos, a fi n de protegerlos contra
excesos, arbitrariedades y violacio-
nes a su dignidad humana y los de-
rechos que de ella emanan.
En consecuencia, se vuelve necesa-
rio preguntar ¿entonces, a quienes
sí defi enden las comisiones de de-
rechos humanos? La respuesta es a
todas y cada una de las personas.
¿A QUIÉNES DEFIEN DEN LOS ORGAN ISMOS
DE DERECHO S HU MAN OS? O EL MITO
DE QU E DEFIEN DE DELINCUEN TES
(TERCERA DE CUATRO PARTES)
Magaly Hernández Alpizar
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