Lo que debes saber sobre las várices

AutorEnrique Goldbard

Las várices o venas varicosas, del latín varix (torcido), son venas que se han inflamado y deformado y que se hacen visibles debajo de la superficie de la piel, habitualmente en las piernas y los pies, y como resultado de una condición conocida como insuficiencia venosa crónica.

La sangre, en su camino de retorno hacia el corazón, es conducida por las venas, que son vasos sanguíneos de diverso calibre cuya característica principal es poseer válvulas que impiden que la sangre, al ser impulsada, regrese. Las venas de los miembros inferiores están sujetas a mayor presión que las demás por la gravedad y la sobrecarga de trabajo puede provocar que las válvulas fallen, dando lugar a la acumulación de sangre en las venas y a su deformación.

Las venas varicosas son un problema de salud muy frecuente en el mundo industrializado, tanto así que se considera que alrededor de 15 por ciento de los varones y 25 por ciento de las mujeres adultos lo sufren.

Los signos y síntomas más comunes de las venas varicosas pueden ser: venas visibles a través de la piel (en ocasiones en forma de telaraña), ligera inflamación de tobillos y pies; dolor, pesantez, pulsaciones, calambres y escozor.

El padecimiento no se acompaña por lo regular de complicaciones, aunque la posibilidad de tromboflebitis (obstrucción de alguna vena por coágulos) siempre existe; es peligrosa en particular cuando se trata de venas profundas. Otro problema relativamente común es la dermatitis, que se manifiesta por comezón intensa de la piel de la pierna y del tobillo, y que ante el rascado frecuente puede evolucionar hasta convertirse en una úlcera con sangrado.

El diagnóstico se realiza en la mayor parte de los casos con un simple interrogatorio y exploración. Se puede agregar un examen de ultrasonido para determinar el funcionamiento de las válvulas venosas.

Las várices cuya sintomatología es leve no requieren de tratamiento y basta con algunas medidas de orden general, como: - Evitar estar de pie por períodos largos; es conveniente hacer constantes pausas para descansar. Tampoco es bueno permanecer sentado con las piernas cruzadas por mucho tiempo.

- Elevar las piernas al encontrarse sentado, descansando o dormido. Hacerlo por arriba del nivel del corazón es importante.

- Emplear medias de compresión a lo largo del día. Existe una buena cantidad de tamaños, colores y de firmeza o resistencia. Es importante elegir la medida adecuada; deben comprimir, aunque no apretar.

- El ejercicio es...

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