David Faitelson / ¿Igualdad o ilegalidad?

AutorDavid Faitelson

En su faceta de irregularidad, el futbol mexicano descubrió algo mejor: el "bendito" equilibrio, pero al mismo tiempo se ha fomentado con mayor intensidad una práctica totalmente ilegal y que los intereses ven, defienden y disfrazan como legal.

A diferencia de otras Ligas en el mundo, sobre todo en la alta competencia europea, la Liga MX no tiene uno, dos o tres equipos que sean marcados como grandes favoritos y que acaparen los títulos. En México, el último campeón fue uno que no había ganado un campeonato en 70 años y antes de ese, otro que, siendo "grande", tenía más de dos décadas en "ayuno".

Aunque la inversión de algunos clubes se ha disparado -los equipos de Monterrey son el mejor ejemplo de ello- y otros -Cruz Azul, América y Chivas han tenido que elevar su gasto para mantenerse en el más alto nivel competitivo-, la paridad se mantiene. Pachuca y Atlas, que pertenecen a dos entidades poderosas de la administración futbolística -Grupo Pachuca y Grupo Orlegi- han evitado la Reclasificación y se han asegurado un puesto de privilegio en la Liguilla justo entre dos de los "ricos y poderosos" Tigres y América.

La industria del futbol mexicano parece, en pleno inicio de los días de post-pandemia, robusta y boyante. Aunque ese "precio" significa caer en una práctica ilegal que es la multipropiedad. Ese ilícito -no hay otra forma de llamarle- parece no sólo sostenerse, sino aumentar y desarrollarse con mayor ímpetu a pesar de la promesa de que el final de...

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