Crisis económica y crisis de la teoría económica. Notas para el debate

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AutorAlicia Puyana Mutis
Páginas351-378
[ 351 ]
Perfiles Latinoamericanos, 26(51)
2018 | pp. 351-378
: 10.18504/pl2651-014-2018
* Doctora en Economía por la Universidad de Oxford (Reino Unido). Profesora investigadora, Flacso
México | apuyana@flacso.edu.mx
Crisis económica y crisis de la teoría económica.
Notas para el debate
Alicia Puyana*
Resumen
La crisis que enfrentó el mundo de la economía en 2007 intensificó el cuestionamiento del mo-
delo neoclásico de oferta, sostén de las políticas económicas de las últimas tres décadas. Golpeó
la economía real, la disputa política y la fundamentación teórica de la disciplina económica y
de su enseñanza. Estos debates señalan la necesidad de revisar profundamente la teoría macro-
económica para rechazar los elementos fallidos y repensar cómo se forma y transmite el cono-
cimiento en economía.
Abstract
The crisis facing the world economy since the end of 2007 has shaken to the core the economic
paradigms that were the basis of models for economic policies and governmental roles for the
last thirty years. It affected the real economy, the political dispute and the teaching of econom-
ics. So intensive debate illustrates the intensive need to deeply revise the macroeconomics theory,
abandon the failed paradigms and construct new teaching curricula to produced professionals
better equipped to analyze real word economic problems.
Palabras clave: economía, crisis económica, economía neoclásica, crecimiento económico, me-
táforas económicas, axiomas ergódicos.
Keywords: Economics, economic crisis, neoclassical economics, economic growth, economic
metaphors, ergodic axioms.
A. Puyana | Crisis económica y crisis de la teoría económica. Notas para el debate
Perfiles Latinoamericanos, 26(51) | F México | pp. 351-378 | : 10.18504/pl2651-014-2018
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Introducción
La crisis que estallara a finales de 2007 ha sacudido los paradigmas teóricos
que sustentaron las políticas económicas de los últimos treinta años. Las agen-
cias multilaterales señalan mediocre y desigual recuperación de la economía
mundial, de la Unión Europea, de Estados Unidos y de Japón, además de la
desaceleración de China, Rusia y Brasil, entre otros (, 2016; Lagarde, 2015;
, 2014, 2015, 2016; Lane et al., 2014; , 2016). Se abundó entonces
en que el mundo tendría que lidiar con el estancamiento secular: largo perio-
do con bajas tasas de interés, pocas inversiones, productividad total factorial y
laboral estancada, mínima inflación, alto desempleo y crecimiento disminuido
e inestable (Summers, 2013, 2015), todo lo cual daña el ingreso y la equidad.
El remesón al mercado de capitales de China y el derrumbe de los precios del
petróleo y demás materias primas confirmaban estas previsiones y sus efectos
en la estabilidad política, no solo en los países latinoamericanos.
La crisis fue un evento tan inesperado que la demanda de la reina Isabel de
noviembre de 2007: “Es espantoso ¿Por qué nadie pudo prever tal desastre?”
(, 2009) desató un debate entre economistas sobre las causas del choque,
lo que las élites políticas y los medios de comunicación emularon.1 No surgie-
ron respuestas definitivas, pero sí evidencias de las múltiples facetas de la cri-
sis: económica, política, de la teoría económica, de la enseñanza de esta. Ni el
mundo ha superado totalmente la crisis, ni las grandes instituciones financieras
han logrado darle salida y mantener su poder (Blagrave et al., 2015; Davies,
2015). Sin respuestas definitivas, los planes de salida otorgaron a las empresas
responsables, pero “demasiado grandes para quebrar”, un generoso rescate fi-
nanciero con recursos fiscales, aunque sin el requisito de modificar a fondo sus
prácticas corporativas (Prins, 2015).
Sería inexacto sostener que nadie avizoró la crisis. No la vieron economis-
tas neoclásicos ortodoxos como Lucas (2003), pero sí los de corte heterodoxo
(Roubini & Keen, 2006); si bien fueron ignorados por los portadores del pen-
samiento económico dominante y por los tomadores de decisiones. En efecto,
en una práctica que Rogoff (2002), execonomista en jefe del , denominó
1 Financial Times organizó un panel para debatir el futuro del capitalismo y mantiene el blog “El futu-
ro del Capitalismo”: http://blogs.ft.com/capitalismblog/. El presidente Sarkozy convocó a estadistas y
científicos sociales a discutir “el Nuevo Mundo, Nuevo Capitalismo” y The Economist dedicó varios nú-
meros a la crisis de la teoría macroeconómica y financiera, de lo que participaron, entre otros, el Premio
Nobel Robert Lucas.

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