Los crímenes culturales de la guerra

AutorJorge Sánchez Cordero

El doctor Khaled al-Asaad, responsable del complejo arqueológico de Palmira, en Siria, había dedicado más de 50 años a la restauración del mismo cuando, el 19 de agosto de 2015, fue prevenido acerca de la inminente irrupción del Estado Islámico (EI) en la antigua ciudad. En lugar de ponerse a salvo, Al-Asaad salvó más de 4 mil piezas históricas. Las fuerzas de ese grupo fundamentalista lo torturaron para que revelara dónde se encontraban los tesoros del sitio, pero en plena tribulación se negó a ello. En un juicio sumarísimo bajo el cargo de idolatría fue sentenciado como "infiel". A sus 82 años fue decapitado y su cuerpo colgado de una columna romana en la plaza principal de Palmira.

Estos actos de barbarie, y muchos más que han alterado el paisaje cultural de la región, han motivado a la comunidad internacional a considerar seriamente llevar a la justicia a los responsables del EI por sus graves violaciones al derecho humanitario (DH): el corpus juris que regula la conducta en tiempos de conflicto armado e intenta limitar los efectos deletéreos de la guerra en contra de la sociedad civil que no toma parte en las hostilidades. Se trata de un entramado jurídico vinculante en la materia que obliga a respetar el legado cultural al fomentar su protección.

Así, la transgresión de este corpus juris constituye un crimen de guerra, por lo que bajo ciertas circunstancias la destrucción intencional del patrimonio cultural puede ser considerada como un crimen en contra de la humanidad. Este es el vértice de la discusión que obliga a analizar el orden jurídico internacional y determinar si las actuales condiciones de legalidad resultan viables para proceder en consecuencia.

El conflicto armado en Siria es particularmente complejo, puesto que es asimétrico; ahí resulta de mayor relevancia el contexto interno -en donde se desempeñan actores del propio Estado y otros que no lo son- que el internacional, el cual atañe a la confrontación entre Estados. Mutaciones importantes ocurridas en la manera de hacer la guerra, tanto éticas como operativas, han conformado una cultura de protección de alta complejidad en los ámbitos doméstico e internacional (Emma Cunliffe).

Los hechos

Palmira ha resultado ser un lugar emblemático en lo que respecta a los casos de destrucción del patrimonio cultural de la humanidad; y con razón, pues se trata de un sitio arqueológico de primera importancia. La Perla del Desierto, como se le conoce, representa una encrucijada entre el Este y el Oeste. Fue descubierta en los siglos XVII y XVIII, y se significó por sus acueductos, templos y avenidas aderezadas de columnas.

La toma del sitio por parte del EI puede ser catalogada como un cataclismo cultural. Su devastación alcanzó al Templo Bel, construido en el año 32 d. C. en honor del dios semita del mismo nombre y comparable al Partenón en la Acrópolis griega o al Panteón en Roma. La misma fatalidad cayó sobre otro templo semítico: el de Baal Shamin.

El arrasamiento no ha concluido en Palmira. De acuerdo con la mejor información disponible, en abril del año pasado el sitio de Hatra también fue objeto de destrucción. Ciudad ubicada al sur de Mosul, en Irak, Hatra se significó por su multiculturalismo con arquitecturas romanas, helénicas y árabes. A esta devastación se suma la de Nimrud, antigua ciudad asiria.

En lo que constituye un hecho insólito, en septiembre de 2015 los departamentos de Estado y del Tesoro, así como el FBI estadunidenses, con la participación de las Naciones Unidas, desclasificaron información alusiva al EI que acreditaba el importante flujo financiero obtenido por esta organización terrorista proveniente del tráfico ilícito de bienes culturales.

Con los actos vandálicos relatados, el EI intenta convencer a la comunidad internacional del poder de su califato, y en su vertiente de purificación religiosa ha impelido un movimiento iconoclasta, así como amedrentado a la población para que elija entre la conversión o la muerte. Con la instilación del miedo intenta fortalecer su poder imponiendo a los habitantes de la región su sujeción a través del barbarismo...

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