Desprotección, crimen, autocensura

AutorGloria Leticia Díaz

Ser periodista en México implica enfrentarse a las agresiones en un ambiente de impunidad y abandono institucional, con la autocensura y el exilio como opciones casi únicas de supervivencia.

Esa es la condición del trabajo informativo en regiones donde persiste la violencia generada por la delincuencia organizada y por el embate frontal del Estado, sobre todo cuando éste ha eludido su responsabilidad de garantizar la libertad de expresión, coinciden Balbina Flores, Francisco Sandoval yJade Ramírez, defensores de derechos de los periodistas.

Entrevistados por separado días después de que en el noticiero estelar de MVS, conducido por Carmen Aristegui, difundiera el video de la reunión de Servando Gómez, La Tuta, con Eliseo Caballero y José Luis Díaz, los activistas no justifican las acciones de Caballero y Díaz, pero resaltan que a partir de 2005, cuando se acentuó la violencia de los cárteles, los reporteros que cubren esa fuente se volvieron blanco de agresiones.

Hasta la fecha, indican, esos ataques no han cesado pese a que ya existen instrumentos jurídicos e instituciones como la Ley General para la Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).

De acuerdo con el último informe estadístico de la FEADLE, de enero de 2000 al 31 de agosto de 2014 se reportaron 102 homicidios y 24 desapariciones de periodistas, de los cuales la dependencia federal investiga 30 asesinatos y 12 desapariciones.

El informe publicado en la página de la fiscalía mencionada señala que del 5 de julio de 2010, cuando la dependencia comenzó a operar, al 31 de agosto de 2014, inició 596 indagatorias por delitos contra periodistas y medios de comunicación, el 35.4% de las cuales (es decir 211) son amenazas.

Balbina Flores, corresponsal de Reporteros Sin Fronteras (RSF), organización no gubernamental con sede en Francia, narra que en 2005, cuando la narcoviolencia en México empezó a ocupar las primeras planas de la prensa internacional, un análisis de RSF detectó visos de autocensura en algunos medios informativos de Baja California y Tamaulipas ante la presión de los grupos criminales para callarlos o controlarlos. Situación que se extendió paulatinamente al resto del país.

"No ha habido forma de enfrentar el miedo. La forma en que los medios han respondido ante él es la autocensura, desde El Mañana de Nuevo Laredo, hasta Zócalo de Monclova, la declaración de estos periódicos ha sido: 'No vamos a informar más sobre el narcotráfico porque queremos resguardar la seguridad de nuestros trabajadores y sus familias'. El costo es alto: es el silencio. Dicen los colegas que si quieres sobrevivir en estas zonas, o te adaptas o te mueres".

Para Flores, el responsable del escenario de violencia alimentado por la impunidad es "el Estado en...

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