Constitución 1917-2017

AutorErnesto Núñez

Ésta Constitución no perderá su fuerza y vigor...". Esto dice el inicio del artículo 136 constitucional, el último de la Carta Magna, y uno de los pocos que no ha sido cambiado desde su promulgación, en 1917.

Cuando falta un año para su centenario, la Constitución parece no tener fuerza ni vigor. Luce remendada y parchada. Con 227 reformas integrales, que han alterado 114 de 136 artículos, hoy el texto sería irreconocible para los constituyentes de Querétaro.

A la Constitución se le han duplicado las palabras. Según un estudio del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (IIJ-UNAM), de 1964 a 2015 pasó de 27 mil a 66 mil. Más de 38 mil 400 palabras añadidas, que condensan programas de gobierno de los presidentes, proyectos y anhelos políticos de los legisladores, pactos entre los partidos políticos, normas que consagran acuerdos y disposiciones súper detalladas que reflejan la desconfianza entre los "reformadores".

Ningún presidente se ha resistido a modificar el texto constitucional: desde el sexenio de Álvaro Obregón, en el que se hicieron dos reformas que cambiaron ocho artículos; hasta el sexenio de Enrique Peña Nieto, en el que la firma del Pacto por México implicó 22 reformas que han provocado, hasta el momento, 144 cambios en artículos (algunos tocados dos o más veces), y la incorporación de más de 11 mil palabras al texto constitucional.

La primera reforma fue promulgada por Obregón en julio de 1921, y facultaba al Congreso a establecer en toda la República escuelas rurales elementales, secundarias, superiores y profesionales.

La más reciente es la del Distrito Federal. Promulgada la semana pasada por Peña Nieto, esta reforma modificó 51 artículos y dio paso a la creación de la Ciudad de México.

El Presidente de la era postrevolucionaria que menos tocó la Constitución fue Adolfo Ruiz Cortines, pero su única reforma fue de gran trascendencia. Promulgada en octubre de 1953, la reforma a los artículos 34 y 115 incluyó de manera expresa a las mujeres como ciudadanas de la República y suprimió el precepto constitucional que restringía su participación sólo a las elecciones municipales.

En cambio, en los 12 años con presidentes emanados del PAN -Vicente Fox y Felipe Calderón-, se hicieron 56 reformas, 147 cambios en artículos y se agregaron más de 12 mil palabras al texto (tan sólo en el sexenio de Calderón se añadieron 9 mil 450 palabras). Pero sus reformas fueron insustanciales a decir del propio PAN y sus ex presidentes, quienes reiteradamente acusan al PRI de haberles negado las "reformas estructurales" que hubieran permitido consolidar su proyecto de gobierno.

Larga e inaplicable

Tantos cambios, según los expertos, han hecho que la Constitución parezca más actual y más moderna, en tanto que incorpora elementos del constitucionalismo contemporáneo. Pero, según los investigadores del IIJ-UNAM, al mismo tiempo se ha propiciado que la Carta Magna sea un texto "cada vez más extenso, desordenado, asistemático y descuidado desde el punto de vista técnico".

A su vez, la Constitución se ha convertido en un concepto cada vez más lejano para los ciudadanos.

La Encuesta Nacional de Cultura Constitucional (hecha por el IIJ-UNAM en 2003 y 2011) muestra un gran desconocimiento sobre la Constitución y un profundo escepticismo sobre su vigencia y aplicación en la vida cotidiana.

En 2011 -el sondeo más reciente-, más del 65 por ciento de los encuestados afirmó que conoce "poco" la Constitución; el 27.7 por ciento admitió que no conoce "nada" de ella, y sólo el 3.6 por ciento dijo conocerla "mucho".

Sólo el 27.8 por ciento de los encuestados creía que la Constitución es adecuada para las necesidades del país, y el 56.5 por ciento consideraba que ya no responde a esas necesidades.

El 18 por ciento creía que había que hacer una nueva Constitución, el 50 por ciento optaba por reformarla y sólo el 22.5 por ciento sugería dejarla como está.

'Ya no es del pueblo'

Diego Valadés, uno de los abogados constitucionalistas más prestigiados del país, con una extensa obra sobre la Constitución de 1917 y su vigencia, considera que la Carta Magna enfrenta, al menos, dos graves problemas: un déficit notable en el cumplimiento de sus funciones, y un alejamiento de su esencia original provocado por las constantes reformas.

Son tres las funciones de la Constitución: regir la organización del poder federal, estatal y municipal; regular las relaciones entre gobernados y gobernantes, y normar las relaciones entre los individuos.

"¿Qué pasa con nuestro orden constitucional?", se pregunta el jurista, "que, en el primer orden, la Constitución está muy dañada: la relación entre poderes y entre órganos gubernamentales es muy deficiente. Hay corrupción, hay incompetencia, hay omisiones sistemáticas que los ciudadanos padecemos.

"En las relaciones poder-ciudadanos también hay déficits muy claros, de otra manera no podríamos explicarnos un 50 por ciento de los mexicanos en la pobreza, y un 100 por ciento de los ciudadanos en la inseguridad. Y las relaciones entre la sociedad están igualmente dañadas, tanto así, que los niveles de confianza en el país son muy bajos y los niveles de cohesión social están muy erosionados.

"Es decir, las tres funciones de la Constitución presentan serios déficits en este momento", asegura.

Valadés identifica un problema adicional: el desdibujamiento provocado por múltiples reformas, que va mucho más allá de lo técnico jurídico o de lo estrictamente formal, como puede ser su redacción y estilo.

El investigador relata cómo la Constitución fue convirtiéndose, paulatinamente, en un instrumento de los gobernantes, en expresión de programas de...

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