Conclusiones
| Autor | Mario Soto Figueroa |
| Páginas | 141-149 |
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La empresa es una entidad económica destinada a producir bienes, venderlos y obtener por ellos un beneficio. Las leyes la reconocen y autorizan para realizar determinada actividad productiva que, de algún modo, satisface las necesidades del hombre en la sociedad de consumo de la actualidad.1
Enfáticamente, no hay que olvidar que la persona es la unidad básica de cualquier empresa, ya que la empresa está formada por personas.2 Así que, cuando se hable de empresa, indiscutiblemente se referirá a un grupo de personas que podría ser integrada y dirigida por miembros de una familia.
Asimismo, después de mucho tiempo disponemos por fin de una definición oficial de empresa familiar, avalada por las dos principales instituciones internacionales representantes de la misma. Dicha definición fue aprobada en abril de 2008, en Bruselas por el Grupo Europeo de Empresas Familiares (GEEF) y en Milán por el Board of Family Business Network (FBN).3
El concepto que, obviamente, es el que se adopta desde ahora en el Instituto de la Empresa Familiar es el siguiente:
Una compañía, tenga el tamaño que tenga, es empresa familiar si:4
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La mayoría de los votos son propiedad de la persona o personas de la familia que fundó o fundaron la compañía; o son propiedad de la persona que tiene o ha adquirido el capital social de la empresa; o son propiedad de sus esposas (os), padres, hijo (s) o herederos directos del hijo (s).
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La mayoría de los votos pueden ser directos o indirectos.
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Al menos un representante de la familia o pariente, participa en la gestión o gobierno de la compañía.
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A las compañías cotizadas se les aplica la definición de empresa familiar, si la persona que fundó o adquirió la compañía (su capital social) o sus familiares o descendientes poseen 25% de los derechos de voto, a los que da derecho el capital social.5
Por otro lado, las empresas familiares, tanto en nuestro país como en el resto del mundo, son el elemento fundamental de la actividad económica, como lo demuestra su importantísima participación en términos de creación de riqueza y empleo. Su creciente relevancia se ve reflejada en su papel como impulsoras de la actividad empresarial, en su capacidad para emprender y en su aportación a la innovación.
De igual manera, si hay algo que caracteriza a la empresa familiar, es la confianza y la comunicación existente en su seno. La comunicación dentro de los grupos permite revitalizar la identidad colectiva y la confianza interpersonal. La empresa familiar constituye una verdadera comunidad social que facilita y sirve de base para el intercambio de conocimientos,6 tanto formales como informales, pues el hecho de que en las empresas familiares tengan lugar frecuentes reuniones cara a cara, y existan creencias y valores compartidos, puede facilitar prácticas de compartición del conocimiento.
El hecho de que los miembros de la empresa familiar vivan, trabajen e interaccionen, de forma cotidiana con la misma comunidad, implica un mayor nivel de compromiso y sentimiento de pertenencia a la organización, así como una mayor tendencia a trabajar en pro del bien común y del entorno en que se desarrolla la vida laboral y personal.7
Indudablemente, la calidad es uno de los principios esenciales que mueven a los fundadores de las empresas familiares, ya que se trata de empresas preocupadas
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por mantener la reputación y el buen nombre de la familia, no solo como atributo de imagen externa, sino también como valor interno.8
Igualmente, es recomendable estructurar un plan patrimonial, en donde la familia considere las alternativas y decidan la forma más efectiva para hacer los arreglos legales necesarios que se ajusten a sus deseos específicos, en caso de que algo les suceda. Es algo más que un simple testamento. Un buen plan patrimonial considera minimizar los impuestos potenciales y fija planes de contingencia para asegurar, incluso sus deseos acerca de tratamientos médicos, si fueran necesarios.9
Por tal motivo, cuando surgen problemas, algunas familias encuentran útil llamar a un profesional en empresas familiares, puede ser un consultor, un psicólogo organizacional, un terapeuta capacitado o un asesor de empresas familiares.10
Dicho profesional ayuda a la empresa familiar en tres campos: preparar un buen proceso de sucesión, sentar las bases para que haya armonía en las relaciones familia-empresa y establecer planes de profesionalización en los directivos, en especial miembros de la familia empresaria.11
Regularmente, un consultor en empresas familiares es requerido, ya sea por sus conocimientos, por la experiencia acumulada en un determinado campo del hacer y el saber, por poseer el conjunto de métodos o técnicas, para resolver alguna situación o por todo ello en su conjunto.12
Por lo tanto, es importante para la supervivencia de la empresa familiar, establecer y delinear una ruta crítica de las principales inquietudes, interrogantes o contingencias que, tarde o temprano, desencadenará en la empresa familiar una serie de problemas que, si se pueden atender en forma preventiva, sería lo más reco-mendable.13 Puesto que, de cualquier manera, en algún momento del desarrollo
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familiar, se tendrá que asumir y enfrentar con tal o tales vicisitudes, que cuando no las hemos prevenido surgen situaciones que pueden, en un momento determinado, desquebrajar la armonía familiar y acabar con la estructura empresarial.
Iniciar un plan de sucesión equivale a definir una serie de criterios, planificar acciones concretas y fijar plazos deseables, al mismo tiempo que implica un compromiso personal en todo el proceso. Es decir, recoge los objetivos que el empresario y su familia se plantean, así como la forma de seguirlos, con la finalidad de dar continuidad a la empresa familiar.
Además, un proceso de sucesión bien llevado es prolongado, porque los diferentes actores necesitan tiempo para asimilar cada fase, reubicarse en situaciones que son cambiantes y para adaptarse a unas personas que juegan nuevos papeles en la empresa.
Definitivamente, es menester que en las empresas familiares se realicen planificaciones estratégicas, en las que se establezcan objetivos, programas de trabajo, presupuestos y...
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