Conclusiones

AutorKamel Athie Flores
Páginas190-214
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Segunda Parte: El agua hoy
asuntos que por su importancia, lleguen a la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
donde se emitirá finalmente una resolución firme.
Cabe señalar que el cumplimiento de la sentencia será siempre un reto, debido a
que hay ejemplos de resoluciones de la Corte en que pareciera los sentenciados no re-
ciben la sentencia y menos la acatan.
Conviene destacar que los tribunales de referencia donde se dirimen los conflictos
del agua y medio ambiente, no son especializados y están más orientados a resolver
asuntos del medio ambiente de manera preferente y eventualmente los relacionados
con el agua.
11. Conclusiones
Bajo la perspectiva histórica mundial
El breve repaso de la experiencia histórica mundial, y especialmente del caso mexica-
no, nos permitió tener una idea de las múltiples facetas, problemas, usos, consumo,
importancia que tiene el agua en la vida social, económica de cualquier nación, así
como de la mayor o menor intervención estatal. Quedó claro, que el agua no es un re-
curso o materia similar a alguna otra, por ejemplo el petróleo, los minerales, el bosque
o la tierra, los que pese a su complejidad, son objeto de estudios más mensurables, de
más fácil delimitación, menos fugaces. En cambio, el agua es más que un recurso re-
novable, es un fenómeno natural, un ciclo hidrológico cambiante, cuya importancia y
complejidad se define por las múltiples interacciones que ha tenido con las sociedades.
Una conclusión de carácter general, digna de tomarse en cuenta por los estudiosos
de la administración pública, es que si bien es cierto que el término policy, proveniente
del griego politeia, usado entonces para referirse a las cosas del gobierno, tales como
seguridad, cobro de impuestos, salubridad y economía, también es cierto que dichos
estudiosos no consideraron el manejo del agua como un elemento estratégico de go-
bierno. El comentario cobra mayor relevancia si se considera que las sociedades anti-
guas y comunidades hidráulicas, en las diversas latitudes del mundo, consideraron el
agua como un elemento de control, lo cual les permitió una mejor gobernabilidad y el
progreso de las mismas.
Este papel dominante de la policy de aquel entonces, se ha mantenido vigen-
te en las distintas etapas históricas de la administración del agua, llegando hasta
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El Agua, ayer y hoy
nuestros días, de tal suerte que muy pocos expertos y estudiosos cuestionan la
responsabilidad central que debe desempeñar el Estado en la organización, regu-
lación, manejo y control de la apropiación, distribución y consumo de los recursos
hídricos.
Ha sido evidente que la participación estatal en el asunto del agua, mediante la
formulación de leyes, organismos, actores, usuarios y sanciones, ha ido evolucionan-
do a la par del uso y consumo que el hombre ha dado al agua. Es un largo recorrido
que va desde las antiguas obras, grandes o pequeñas, puentes, canales, acueductos,
regulaciones, técnicas y que de una u otra manera, siguen estando presentes hoy día.
A ellas se han agregado nuevas obras, grandes construcciones de almacenamiento,
sistemas y tecnologías para el reúso de agua, o para desalinizarla y potabilizarla. En
esa evolución, la relación agua vida humana (social, económica, política), es posible
observar como los grandes imperios y naciones han tenido períodos de auge y caída, y
las obras hidráulicas perviven, se modernizan y se van transmitiendo de generación en
generación, de cultura a cultura.
Conforme al análisis realizado, se pudo comprobar que en todos los casos, desde la
antigua Ciudad-Estado hasta los Estados nacionales de hoy día, los aparatos adminis-
trativos han estado presentes, y han ido abarcando tantas áreas como usos, cantida-
des, facetas, estados físicos tiene el agua. A lo largo de los siglos, incluso hasta el XVIII,
no hay duda que la relación entre oferta o disponibilidad de agua y demanda, siem-
pre favoreció a aquella; los problemas derivados del uso y consumo del agua, si bien
fueron incrementándose, se mantuvieron en límites relativamente estrechos; fueron de
pequeña proporción, dado que la expansión humana por el planeta, el colonialismo,
dispuso de nuevos territorios y recursos naturales, hasta que llegó el momento histórico
en que ya no hubo más tierra por repartir, a la par que empezaron los procesos de des-
colonización y con ello la reafirmación de los Estados nacionales con sus jurisdicciones
y recursos territoriales.
Se dijo también que el panorama cambió radicalmente en el siglo XX y se tornó pre-
ocupante en el XXI, debido a cuatro factores que causaron un aumento sin precedente
en la demanda de agua: el crecimiento demográfico, el desarrollo industrial, la expan-
sión del cultivo de regadío y la explosión urbana.
Lo anterior se pudo demostrar con algunos datos y estadísticas en las diferentes
etapas históricas, así por ejemplo en la era cristiana se estimó una población de 300
millones de habitantes; hacia el año 1800 se calculó en 978 millones, en tanto que al

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