Nosotros y los otros: Comunidad, expulsión y violencia
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Autor | Roberto Centeno Torres |
Cargo | Estudiante de la Maestría en Política y Gestión Pública |
Páginas | 1-38 |
EPIKEIA
Revista del Departamento de
Ciencias Sociales y Humanidades
Nosotros y los otros:
ComuNidad, expulsióN y violeNCia
Resumen
Este artículo plantea explicaciones del fenómeno de la violencia
desde diferentes perspectivas en las comunidades humanas y cómo
dichas conformaciones sociales reaccionan y se deenden ante
la amenaza real o cticia de los otros, entendidos estos como los
individuos ajenos al grupo.
Palabras clave: Agresión, comunidad, conicto, violencia.
Abstract
This article raises explanations from dierent perspectives on the
phenomenon of violence in human communities, and how these
social conformations react and defend themselves against the real
or ctitious threat of others, understood as individuals outside the
group.
Keywords: Aggression, community, conict, violence.
RobeRto Centeno toRRes*
* Estudiante de
la Maestría en Política y
Gestión Pública.
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Revista del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades
Epikeia · UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA LEÓN
epikeia.leon.uia.mx
Introducción
La violencia es un fenómeno que existe de manera cotidiana en la vida humana en sociedad.
Si bien algunas personas pueden tener la fortuna de no padecerla, ninguna sociedad está
libre de ella. El temor o inseguridad que genera en las personas es reforzado por una gran
carga de información compartida en la mayoría de los medios de comunicación, los cuales
transmiten a diario innidad de noticias que hacen al consumidor promedio creer que vive
en una profunda crisis de violencia.
Ese temor es una de las diversas razones por las que han incrementado las demandas sociales
por seguridad, las cuales están reforzadas por aumentos en algunos niveles de victimización
y soportada por la percepción (real o no) de que hay una ineciente respuesta por parte del
Estado (Carrión, 2019).
Como parte de la búsqueda de soluciones al problema de la violencia, un segmento de la
población, particularmente de las zonas urbanas, vive, o trata de vivir, rodeado de la gente que
considera “igual o parecida” en zonas de bienestar en las que se busca eliminar la negatividad
de lo extraño, de lo otro (Han, 2020). En ocasiones, esa búsqueda genera exclusiones hacia
personas o grupos que son considerados, por diferentes razones, ajenos a la comunidad. Esa
exclusión es otra causa de violencia (siendo que per se, ya es una forma de ella).
En la búsqueda de evidencia empírica de casos exitosos de comunidades pacícas e inclusivas,
es relevante precisar que ninguna sociedad humana ha resuelto el problema de la violencia
eliminando la violencia, por mucho que se pueda contener (North et. al., 2013). Por ejemplo,
hay casos de éxito en limitar o contener las manifestaciones más crudas de violencia, como
son las ciudades de Nueva York a nales del siglo XX o bien Medellín a principios del siglo XXI,
siendo que estos y cualquier caso de logro requieren un análisis amplio de sus peculiaridades
y condiciones espacio-tiempo en que se desarrollan.
Se conocen algunas de las señales inequívocas de la violencia, las cuales son resultado de su
manifestación, pero es menester alejarse de esta violencia directa o subjetiva directamente
visible con el n de poder entender el trasfondo que la genera. Distanciarnos, plantea Žižek
(2009) “nos permitirá identicar una violencia que sostenga nuestros esfuerzos para luchar
contra ella y promover la tolerancia” (p. 9).
Así, en la búsqueda para comprender la violencia que se genera en las sociedades humanas,
se puede percibir que una parte de la problemática obedece a las diferencias entre grupos,
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los cuales crean comunidades dentro de las sociedades, las cuales, a su vez, se encuentran
en un espacio físico (Kartal, 2012). No cabe duda de que el territorio donde se vive constituye
un desafío radical a todas las formas tradicionales de la vida comunitaria (Cacciari, 2010).
Hoy en día, hay muchas clases y formas de comunidades: las hay de practicantes de ciclismo
de montaña, acionados al ajedrez, también de mujeres y hombres que disfrutan el arte de
la enología, otros más son acionados a colecciones de bienes cada vez más peculiares. Así,
van emergiendo cada vez más grupos que comparten orientaciones identitarias, religiosas,
sexuales, políticas, entre otras, y conforman de esta forma sus comunidades. ¿Qué pasa con
la convivencia entre personas y grupos diferentes, o aparentemente, no anes?
Al cerrarnos únicamente a la convivencia comunitaria con nuestros iguales, se pierde la
experiencia del otro como enigma o misterio, esto es, lo que Lévinas arma que el encontrarse
con un hombre signica “un enigma que nos mantiene en vela” (Han, 2020, p. 109).
Si bien los seres humanos continúan integrando cada vez más comunidades donde sus
integrantes pueden en mayor o menor medida sentirse más seguros, será relevante estudiar
qué tan seguro se siente el individuo al estar en su propia comunidad. Por ejemplo, en estudios
como los de Vargas, Merino y Seman (2010), los autores detectan que los componentes de
la percepción del miedo se deben, en primer lugar, al temor a ser víctima de la delincuencia;
en segundo, al hecho de clasicar los lugares como peligrosos; y en tercero, al proceso de
percepción de inseguridad. En México, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción
sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021 es muy ilustrativa, ya que presenta que las personas
se sienten inseguras en sus estados, colonias y casas en un alto porcentaje.
En este artículo se busca analizar algunas de las implicaciones de la violencia en el nivel
comunitario, partiendo desde los conictos entre los integrantes de la comunidad: nosotros; y
los otros, aquellos individuos que son diferentes y representan una amenaza real o imaginaria.
Para estos nes, se entenderá el término “nosotros” como la colectividad conformada por
integrantes que comparten características etnológicas, idiomáticas, religiosas o culturales,
que constituyen en mayor o menor medida un grupo relativamente homogéneo. La
concepción de los demás y los otros se referirá a individuos o grupos que no pertenecen a
la comunidad. Si bien los demás y los otros estrictamente no son sinónimos, se utilizarán
en este caso como tal con el n de proponer la importancia de enfatizar a los individuos o
grupos que, por algunas diferencias, no forman parte de la comunidad de referencia.
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