Comunicar la ciencia emoción
| Autor | Israel Sánchez |
Mucho más allá de las metodologías, protocolos, cifras, figuras y resultados que convencionalmente se vierten en un paper científico, comunicar la ciencia puede ser un recorrido por las múltiples emociones y estados que ésta detona.
De lo esperanzador que resultan los avances médicos, a la curiosidad por el descubrimiento de lejanos mundos similares al nuestro, pasando también por la preocupación ante la crisis climática y el deterioro del planeta o la indignación por la vehemente resistencia de algunos a aprovechar el conocimiento científico.
Tal es la ruta que sigue el bioquímico y comunicador de ciencia Pere Estupinyà (Tortosa, España, 1974) en su último libro: A vivir la ciencia: Las pasiones que despierta el conocimiento (Debate, 2020), recién llegado a las estanterías mexicanas.
Un volumen que el autor compara en entrevista telefónica con las tradicionales tapas españolas; "son unas tapas de ciencia", define.
"Es una mirada apasionada de temas científicos, y por eso estas tapas las organicé en función de las emociones que a mí me generaban diferentes aspectos de la ciencia: a veces frustración cuando te encuentras antivacunas en estos tiempos de Covid, o ilusión cuando ves que la biomedicina puede curar ciertas enfermedades; asombro cuando te cuentan cosas que dices: '¡Fascinante!'.
"Es un libro con muchas capas que pretende ser muy sencillo de lectura, pero al mismo tiempo tener mensajes profundos. Es decir, yo creo que no me conformo con que el lector aprenda cositas; quiero que valore lo que es la ciencia, que entienda un poco cómo funciona, que la aprecie", remarca el comunicador español, conocido por su labor a través de libros de divulgación, conferencias y programas televisivos.
Esta obra está inspirada en la sección de ciencia del programa de radio español A vivir que son dos días, emitido los fines de semana en la Cadena SER, donde Estupinyá, junto con los periodistas Javier del Pino y Javier Sampedro, repasaban en 25 minutos la actualidad científica de la semana y conversaban con investigadores sobre su trabajo.
De forma que el volumen se torna un listado de lo mejor, un recuento de asombros vividos al aire mientras una variedad de expertos platicaban, entre muchas otras cosas, sobre fósiles de huevos de dinosaurio hallados en un lago; que las plantas tienen fiebre cuando sufren una infección; cómo la sangre y los intestinos de las personas intercambian gases, o que el 99 por ciento de la selva amazónica está inexplorada.
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