Colorín colorado...

CANCHA / Staff

BARCELONA.- Los culés "se dejaron la piel" sobre el final, pero el Inter jamás odio la profesión de futbolista porque dio al Barsa una lección de cómo dominar sin tener el balón durante 83 minutos.

Así, la calificada por José Mourinho como "obsesión" culé por jugar la Final de la Champions en Madrid, el 22 de mayo, se convirtió en el "sueño" cumplido de los nerazzurri, que enfrentarán al Bayern en el Bernabéu.

Pese a ganar 1-0 con un golazo de Gerard Piqué al 83', el Barcelona cayó 3-2 en el global de Semifinales ante un Inter que se dedicó a destruir con 11 y con 10 hombres, tras la rigorista expulsión a Thiago Motta al 28'.

Diego Milito se convirtió en el primer defensor de los italianos, en un partido en el que Samuel Eto'o jugó una gran parte como lateral, y en el que "Mou" sentó al artillero Pandev para ingresar a Cristian Chivu, un central habilitado como contención o volante.

El parado de "Mou", 4-5-1, se dibujó desde el primer minuto y le quitó al delantero tras la roja a Motta. Zagueros y volantes siempre jugaron muy juntos y se intercalaron la marca de Lionel Messi, presente nada más con un acertado centro a Bojan -remató afuera en el área chica- y con un disparo lejano que sacó milagrosamente Julio César.

Xavi, de mucho empuje, no aportó demasiado, como tampoco lo hicieron por las bandas Pedro y Dani Alves de inicio, y luego Jeffrén y Maxwell cuando entraron en la segunda parte. Zlatan Ibrahimovic entró en el juego sólo cuando Lucio le rompió la camiseta en los primeros minutos; en el resto desapareció.

Así, el...

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