Colaborador Invitado / Juan Jesús Garza Onofre y Javier Martín Reyes: Ni Corte, ni Suprema, ni de Justicia

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Frente a todo pronóstico, ayer la Suprema Corte puso de manifiesto una tristísima realidad: no tenemos un tribunal constitucional, sino una oficialía que valida los anhelos de un presidente tan poderoso como caprichoso.

Al tener en sus manos el asunto más importante en términos políticos de la era moderna del Poder Judicial, los ministros debían recordarle a López Obrador que no tenemos un régimen de un solo hombre, sino un gobierno de leyes. La Corte, sin embargo, claudicó. Seis ministros dieron la espalda a un proyecto con buenas razones, disfrazaron sus argumentos políticos de jurídicos y declararon la constitucionalidad de una consulta absurda.

A la Corte le urgía hablar con una sola voz. Optó, por el contrario, por la indeterminación y la confusión, mostrando que está muy lejos de funcionar adecuadamente como cuerpo colegiado. La actuación del presidente Zaldívar fue bochornosa. Estructuró la discusión a conveniencia, fue el primero en hablar después del ponente (algo atípico para un presidente), manipuló la votación y generó un falso consenso sobre una nueva pregunta que apareció por generación espontánea.

La estrategia fue tramposa. La Corte debía analizar si la materia (el fondo) de la consulta era constitucional y, en su caso, ajustar la pregunta (la forma). En ese sentido, la materia de la consulta obradorista era clarísima. El presidente pedía investigar y sancionar penalmente a los expresidentes por la comisión de posibles delitos. De esa manera lo entendió el proyecto de Aguilar, así como los ministros Piña, Laynez, Franco y Pardo. Los primeros, además, dieron un debate de altura, argumentando desde la Constitución y hablando como auténticos jueces constitucionales.

Pero seis ministros, incluido Zaldívar, torturaron el texto de la pregunta de López Obrador hasta hacerla decir lo que no dice. Cada uno creó su fantasía constitucional. Así, la materia de la consulta se convirtió en un asunto de responsabilidades administrativas, o de amnistías, o de búsqueda de la verdad o de política criminal. Cada uno dijo que, con su materia, la consulta sería constitucional. Pero nunca generaron un consenso.

Zaldívar forzó la decisión. Pidió mandar al diablo las razones y...

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